Step 1

Toma el peso del objeto que será jalado o levantado y multiplícalo por 4. La fuerza de tensión de la cuerda utilizada debe ser igual a este número, ya que la carga funcional de la cuerda es apenas 25 por ciento de la fuerza de tensión total. Nota que debido a que la polea retráctil debe estar sujeta a una base, debe haber un nudo en algún lugar de la cuerda, lo que reduce la fuerza de tensión en un 50 por ciento en el punto donde el nudo está atado.

Step 2

Encuentra el grosor de la cuerda y utilízalo en combinación con el peso de los objetos a levantar para seleccionar la rueda correcta para la polea. Las ruedas de polea por lo general sostienen un solo tamaño de cuerda y tienen un peso máximo especificado por el fabricante. La rueda de la polea debe ser una rueda sencilla con un rayo, sin otros agregados extra.

Step 3

Ancla un extremo de la cuerda a lo que será tu base. Por ejemplo, si estás haciendo una polea para un tendedero de ropa, debes anclar la cuerda a uno de los postes que sostienen el tendedero; puedes hacer esto atando la cuerda a la base. Utiliza otra porción de cuerda, del mismo calibre que la cuerda original, para sujetar los rayos de la polea ya sea al objeto que vas a levantar, o a un contenedor que pueda sostener los objetos.

Step 4

Inserta un extremo de la cuerda anclada alrededor del aro de la polea, y jálala hasta que esté tensa. La polea debe ser sujeta y suspendida por la tensión de la cuerda entre la carga y la base. Ata el otro extremo de la cuerda anclada a la base con un nudo flojo. Para utilizar tu polea, desata un extremo y jala la cuerda hasta que hayas movido la carga la distancia deseada.