Aprende cómo poner precio a un fósil

Step 1

Acepta el hecho de que es muy común que los fósiles no tengan mucho valor monetario. Algunos ejemplos de fósiles comunes incluyen moluscos, sílex, amonites y dientes de tiburón. Todo coleccionista novato ya debe tener una caja llena de estos.

Step 2

Sepa que la excepción a lo dicho arriba es un espécimen que exhiba una característica que no se ve usualmente en otro ejemplos del mismo tipo de fósil. Esta pequeña diferencia puede llevar a un aumento significativo en su precio.

Step 3

Debes comprender que la mayoría de los fósiles, en particular los especímenes más grandes, requieren de alguna restauración. Sin embargo, esto puede restarle valor monetario si la mayor parte de su composición es artificial.

Step 4

También hay una excepción al último caso nombrado. Si el espécimen fósil es extremadamente poco común, la restauración puede mejorar su valor.

Step 5

Determina cuánta restauración, si esta existe, se le ha realizado a un fósil mediante el examen del mismo bajo una luz negra. El hueso o esmalte natural emitirá una cantidad considerable de fluorescencia.

Step 6

Utiliza una lupa que agrande cuatro veces o más para inspeccionar ciertos fósiles, tales como huesos y dientes. Los fósiles óseos bien preservados deberían revelar un sistema de pequeñas grietas, mientras que el esmalte del hueso debería parecer levemente brillante. Las piezas restauradas de hueso y dientes se verán más surcadas y opacas, respectivamente.

Step 7

Compara tu fósil o el que estás considerando comprar con moldes de museos para ayudarte a determinar la identidad y el valor de mercado. El Museo Americano de Historia Natural cuenta con una biblioteca de referencia en línea donde puedes conducir tu propia investigación (ver Recursos debajo).