El proceso de formación de los fósiles

El proceso de fosilización

Fossil image by Vladimir Glazkov from Fotolia.com

Un fósil puede ser cualquier cosa, desde un cuerpo bien conservado de una planta o animal, a una vaga huella dejada por ese organismo en la tierra hace millones de años. La mayoría de los fósiles se encuentran entre estas dos opciones. No es raro ver huesos, dientes o exoesqueletos preservados parcial o totalmente. Sin embargo, los tejidos blandos, el cabello y la piel son mucho más raros de encontrar.

Bases fósiles

Permineralización

La permineralización es la forma más común mediante la cual se crean los fósiles. Un animal primero muere en el agua y se hunde. Su cuerpo es comido por otros animales y microorganismos, dejando sólo el esqueleto, que tarda mucho más en degradarse. Antes de que se rompan los huesos, el animal es cubierto por sedimentos. Éstos pueden provenir, por ejemplo, de un deslizamiento de tierra o un terremoto submarino, o por sedimentos arrastrados por la corriente debajo de un río.

Fosilización

Durante millones de años, se apilan capas sobre capas de sedimento encima de los restos. La presión comienza a ser tan fuerte que el sedimento se convierte en roca. Eventualmente, las aguas subterráneas comienzan a filtrarse por la roca, acarreando depósitos minerales. Si todo sucede exactamente así, esos minerales erosionarán lentamente y reemplazarán el esqueleto con un fósil de la misma forma, pero hecho con depósitos de minerales y no con huesos.

Preservación

Algunos fósiles no son depósitos minerales en la forma de un organismo, sino el organismo mismo. Si un animal muere en un ambiente extremadamente frío, a menudo puede congelarse y preservarse en el hielo. Los científicos han encontrado mamuts lanudos que han sido congelados casi perfectamente desde la edad de hielo. De manera similar, los insectos pueden quedar atrapados en la savia de un árbol. Si la savia queda enterrada bajo una cantidad suficiente de sedimentos, se endurece, se convierte en ámbar y conserva perfectamente a la criatura en su interior. Una de las formas más novedosas de la preservación de los fósiles es la brea de de pozos de alquitrán. El alquitrán se filtra por los depósitos de petróleo antiguo, formando una capa pegajosa y falsa sobre la superficie. Cualquier animal lo suficientemente imprudente será atrapado, hundiéndose lentamente en el alquitrán. Los científicos han logrado sacar millones de huesos de estos pozos pegajosos.

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