Qué produce el óxido en la lechuga

La lechuga oxidada se conoce como rojiza.

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Lo que se conoce normalmente como óxido en la lechuga, tiene un nombre técnico conocido como "manchas rojizas". El óxido de la lechuga no significa que no se pueda comer, pero si hace que luzca poco atractiva. Esto ocurre debido a una reacción química que involucra gas etileno y que puede reducirse con algunas maniobras y sabiendo bien donde almacenarla.

Gas etileno

Las frutas liberan niveles altos de gas etileno.

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Según Cornell University, se considera que el gas etileno regula el crecimiento de las plantas y su maduración. Los tractores, los camiones y otra maquinaria que tiene motores de combustión interna también liberan gas etileno y pueden hacer que las plantas maduren más rápido y que desarrollen manchas rojizas. Las frutas como la manzana, la banana, el durazno y el tomate liberan altos niveles de etileno y afectan seriamente a los vegetales como la lechuga, que exudan bajos niveles de etileno. Este gas hace que los verdes pasen a ser amarillos rápidamente y produce la oxidación en la lechuga. También puede hacer que las zanahorias se vuelvan amargas y que las papas broten más rápido.

Reducir la exposición

Puedes comprar bolsas tratadas con permanganato de potasio para reducir la absorción de etileno.

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Las cosechadoras de lechuga pueden reducir el óxido al limpiar las cosechas y almacernarlas a una temperatura de congelación de unos 34 F (1º C). Las temperaturas frías reducen las tazas de respiración en la lechuga y reducen la reacción del etileno. Los refrigeradores bien ventilados pueden ayudar a maximizar la exposición al etileno. Evita almacenar la lechuga con las frutas, aconseja Cornell University. Los productos de permanganato de potasio pueden usarse para absorber el exceso de gas etileno.

Reducir el daño

No es el metal el que hace que la lechuga se oxide después de cortarla: es el daño a sus células.

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No es simplemente la presencia del gas etileno lo que produce la oxidación de la lechuga; lo es también el daño directo a la misma. Esto puede ocurrir durante la cosecha, maniobras y transporte. La lechuga machacada es más susceptible a las reacciones químicas que ocurren con gas etileno, según la University of California. Los sitios web como Salem Farms recomiendan arrancarlas en lugar de cortarlas para disminuir el riesgo de que se oxiden; mientras que otros sitios web, incluyendo a Recipetips.com, aconsejan utilizar cuchillos de plástico en lugar de los de metal para disuadir el óxido en la lechuga. Sin embargo, el daño está hecho, informa McGill University’s Office for Science and Society, de cualquier forma, estará hecho: el simple hecho de envejecer hace que la lechuga se oxide.

¿Por qué ocurre?

El óxido le puede aportar a la planta una defensa contra insectos y hongos.

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El óxido ocurre porque los componentes de la planta, conocidos como poliperos reaccionan con las enzimas presentes en la lechuga. Normalmente, los poliperos y las enzimas no entran en contacto, pero el daño a medida que pasa el tiempo, las maniobras y la exposición al gas etileno permiten la combinación. Los efectos de oxidación le permiten a los poliperos enlazarse y producir el pigmento rojizo-marrón que conocemos como lechuga oxidada, informa McGill. Nadie está realmente seguro de por qué ocurre la oxidación, pero la creencia más común es que los pigmentos rojizos le ofrecen algún tipo de defensa a la planta en contra de los agresores, como por ejemplo los hongos y los insectos; las causas históricas del daño a las plantas.

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