Composición

El estaño es una aleación de metal blando, muy maleable. Está compuesto de un metal base (entre 85 y 99 por ciento), y el resto es compuesto de cobre (como un endurecedor) y otro metal (por lo general antimonio o bismuto en el estaño moderno). Hasta la década de 1930, se utilizó el plomo para darle un tinte azul característico. Dependiendo de la combinación exacta de los metales, el estaño tiene un punto de fusión de 225 a 240 centígrados (437 a 464 grados Fahrenheit).

Usos

Debido a su suavidad y bajo punto de fusión, el estaño se utiliza normalmente para candelabros, vajillas y joyas. También se usa comúnmente para la fabricación de réplicas de monedas, estatuillas pequeñas de metal y objetos decorativos. Los objetos de estaño no deben ser utilizados en lugares con altas temperaturas, incluso como para hornear en el horno.

Cuidado

El estaño tolera el lavado normal con productos químicos de uso doméstico normal. Para suavizar los surcos en el metal suave, se puede usar lana de acero #0000 para trabajar con suavidad la imperfección de la superficie del metal, por la zona dañada, en un movimiento circular para obtener mejores resultados. Evita el contacto prolongado con ácidos, ya que pueden debilitar o empañar el metal.

Fabricación

Los objetos únicos de estaño se hacen típicamente por profesionales. Estos artesanos martillan el estaño en una forma general y luego utilizan tornos especiales para cortar o trabajar el metal a su forma deseada. También usan moldes, vertiendo el metal líquido en ellos y luego acaban la pieza después de que se enfría.

Historia

El estaño ha estado en uso durante más de 2.000 años. Sin embargo, el uso común de este metal se incrementó después de la década de 1750 en Inglaterra, cuando los artesanos perfeccionaron su oficio para hacer objetos de estaño más accesible a la gente común. Los usos más comunes eran para platos, ollas y cargadores (bandejas), y los plateros y los especialistas en estaño trabajaron a menudo mano a mano para hacer artículos de cortesía. La difusión de la porcelana y la cerámica en vajillas en el siglo 19 tuvo un impacto en la industria del estaño, sin embargo, el interés por los objetos de este metal resurgió en el siglo 20.