La palabra “rendir” utilizada en la religión cristiana tiene diferentes significados. En la biblia NVI, 1 Pedro 5:7 dice, “vacía toda tu ansiedad en Él porque cuida de ti”. De acuerdo a las Escrituras, entonces, Dios quiere que le demos todas nuestras preocupaciones, todas nuestras inquietudes. La palabra rendir en este sentido se deriva de la palabra griega “paradidomi” que puede significar ceder, transmitir y confiar.

Cede hacia arriba

Rendir todo a Dios significa ceder hacia arriba más que hacia nuestras circunstancias actuales. Dios exige un “aferrarse totalmente” a Él, no a nadie más. Él no quiere que cedamos o rindamos estas preocupaciones a otros hombres que son paralelos a nosotros. Nuestra rendición debe ser celestial, debe ser hacia arriba. ¿Cómo nos rendimos a Dios en esta manera hacia arriba? Un buen ejercicio es ingresar en tu tiempo de rezo con un corazón blando. Toma un cuaderno. Pide a Dios que te muestre dónde Él quisiera que tú cedas más hacia el hogar. Pídele que te revele en qué áreas podrías rendir más tus desafíos en la vida hacia Él.

Transmitir

El segundo significado de rendir o paradidomi es transmitir. Rendición total de todo a Dios requiere que transmitas o hables con Dios. Tienes que verbalizar hacia Él lo que estás comprometiéndote con Él. Un ejemplo de transmisión a Dios sería algo como esto: “Querido Dios, hoy te entrego a Ti mis preocupaciones y cuidados, confiando en que Tú me escucharás y llevarás esta carga por mí”. Transmite a Dios en un rezo todo lo que quieres rendir. Rendir todo a Dios significa comunicar a Él tu deseo de estar liberado de preocupaciones y los cuidados de esta vida.

Encomendar

El último significado de la palabra griega paradidomi es dedicar o encomendar. Rendir todo a Dios luego de haberle transmitido aquellos cuidados a Él significa encomendarse a Él. Encomendar algo a alguien significa que has colocado a esa persona en una posición legal de tutela sobre algo que te pertenece. Dios se transforma en tu tutor. Está seguro que Él prestará atención a tus mejores intereses y mantendrá cuidadosamente tus cuidados y preocupaciones. Él protegerá tus intereses y hará lo que sea mejor para ti. La clave para encomendarse es dejar los cuidados con Dios y dejando a Él ser el tutor. Este puede ser un proceso continuo.