Step 1

Enciende el secador de pelo a media potencia y sostenlo unas 2 o 3 pulgadas (5 o 7,5 cm) separado de la cinta durante varios minutos. Comprueba si el adhesivo que pega la cinta a la superficie se está reblandeciendo. Si no es así, sigue aplicándole calor con el secador más tiempo. Si estás utilizando agua caliente, ponte los guantes de goma y vierte el agua en el cuenco. Moja un trapo con ella y ponlo sobre la cinta, manteniéndolo así hasta que esté frío. Vuelve a mojar el trapo con agua caliente y aplícalo de nuevo sobre la cinta. Repite hasta que se ablande el adhesivo.

Step 2

Levanta el borde de la cinta de espuma con la ayuda de una espátula o de un raspador. Una vez que lo hayas levantado, con cuidado tira de la cinta con tus dedos. No lo hagas rápidamente ni tires demasiado fuerte porque esto podría causar un daño en la superficie de la pared o de la madera. Si el adhesivo aún resulta difícil de quitar, repite uno de los métodos del paso 1. Continúa tirando de la cinta hasta despegarla por completo.

Step 3

Frota con tus dedos el adhesivo que haya quedado hasta hacer una bola y retíralo de la superficie de la pared o de la madera. Si sigue quedando algún residuo, vierte una pequeña cantidad de alcohol en un trapo y frota el adhesivo con él hasta que desaparezca. Pasa por la zona un trapo limpio y húmedo y déjala secar al aire.