Dilemas éticos en la película "Wall Street"

Wall Street es una película de 1987 protagonizada por Charlie Sheen.

Riccardo S. Savi/Getty Images Entertainment/Getty Images

Wall Street, una película de 1987 dirigida por Oliver Stone, aborda los dilemas éticos que enfrenta un joven corredor llamado Bud Fox (interpretado por Charlie Sheen). Bud Fox entra en el mundo de Wall Street bajo la dirección de Gordon Gekko (interpretado por Michael Douglas), que lo empuja a actuar sin ética en la búsqueda de dinero. Según el crítico de cine Roger Ebert, la "película es un ataque a un ambiente de competitividad financiera tan feroz en que la ética es simplemente irrelevante".

Familia vs. lealtad profesional

Bud Fox se enfrenta a un dilema ético difícil cuando sus intereses profesionales se enfrentan contra sus intereses familiares. El padre de Bud ha trabajado toda su vida como mecánico para una pequeña compañía aérea y ahora dirige la unión mecánica. Bud se entera de que su jefe, Gordon Gekko, tiene previsto hacerse cargo de la compañía aérea y venderla, dejando a su padre y a muchos otros, sin trabajo. Bud se enfrenta con el dilema de si debía hacer lo que es mejor para su carrera o lo que es mejor para su propio padre.

Ser bueno o ser codicioso

Gordon Gekko con orgullo afirma que "la codicia es buena". Según Gekko, la avaricia del sistema capitalista norteamericano impulsa la innovación y crea riqueza. Bud Fox aprende, sin embargo, que ser codicioso puede implicar ser malo. Se entera de que ser impulsado por la codicia requiere que una persona haga cosas que no son buenas. La codicia lo lleva a mentir, engañar y lastimar a los que están más cerca de él. Al final, debe decidir si el bien que proviene de su codicia es mayor que el mal que causa.

Gobierno corporativo

El tema de la gobernabilidad corporativa es fundamental en la trama de Wall Street. La película pone de manifiesto un problema fundamental en la forma en la que las empresas se rigen, y es que ellas están controladas por los administradores y los corredores de bolsa, no los accionistas que realmente poseen las empresas. Como señala Roger Ebert, "los asesinatos de grandes mercados son hechos por los hombres, como Gekko, que se lanzan en picado y encajan compañías enteras por debajo de las narices de sus accionistas". El dilema ético es si se debe actuar en interés de los accionistas, o en el interés propio. Para Gordon Gekko, la respuesta es la segunda, pero para Bud Fox no está tan claro.

Romper la ley

Bud Fox comienza como un comerciante de la ley. Gekko lo entrena, sin embargo, para convertirse en un comerciante de manipulación que está dispuesto a doblar y romper la ley con fines de lucro. Finalmente Budva por ese camino pero se enfrenta a un dilema ético: ¿debe violar la ley para el bien y reparar el daño que ha causado Gekko? Bud decide romper la ley mediante la manipulación de los valores bursátiles con el fin de mantener la línea aérea lejos de las manos de Gekko. Al final paga por esto, ya que la película se cierra con su arresto por cargo de fraude y abuso de información privilegiada.

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