¿Cuáles son los votos de una monja?

Convertirse en monja no es de ninguna manera una decisión fácil.

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Convertirse en monja es un proceso largo para el que se requiere el compromiso de servir a Dios y tomar varios votos. Si tienes interés en adoptar los hábitos, lo primero que debes hacer es informarte sobre las distintas órdenes y conventos para saber cuáles te parecen más adecuados para ti. Hay monjas que pasan la mayor parte de su tiempo dentro del convento sin mostrarse en público, pero también otras órdenes que llevan a cabo una gran actividad realizando servicios para la comunicad o actos filantrópicos. Independientemente de cuál sea el tipo de convento en el que ingresen, las monjas siempre tienen que hacer tres votos.

Pobreza

A las monjas, como a los sacerdotes, se les pide que hagan un voto de pobreza para vivir de la misma forma que lo hizo Jesús. Con frecuencia, deben trabajar y entregar sus ingresos al convento. Esto no quiere decir que las monjas sean pobres. Cada una de ellas recibe una asignación para poder comprar ropa y otros objetos personales. Además, el dinero que llega al convento es de uso común y se emplea para diversos asuntos, incluyendo la compra de vehículos. El voto de pobreza significa que ninguna de estas posesiones puede pertenecer a una única monja, sino a toda la orden.

Castidad

A las monjas también se les exige un voto de castidad, para que de esa forma puedan vivir como lo hizo Jesús: castamente. Por otra parte, este voto las ayuda a centrarse en su vocación y en su servicio a Dios, sin que haya relaciones amorosas que puedan interponerse en ello. Cualquier tipo de relación amorosa o sexual está prohibido, ya que a las monjas no se les permite casarse ni mantener relaciones sexuales mientras vistan los hábitos. Las mujeres viudas y las que no son vírgenes pueden convertirse en monjas, pero las divorciadas deben conseguir la nulidad eclesiástica antes de ingresar en el convento.

Obediencia

El voto de obediencia también hace que las monjas vivan sus vidas como lo hizo Jesús: confiando en la voluntad de Dios. Una monja debe obedecer a la madre superiora de su convento tanto en lo que se refiere a las labores cotidianas, como en proyectos y tareas de mayor envergadura que se realicen en beneficio del convento. Además de acatar las órdenes de su convento, las monjas también deben obedecer las normas impuestas por Dios y por la Iglesia.

El proceso

Si deseas convertirte en monja, debes comenzar por obtener información sobre las distintas órdenes y conventos con el fin de averiguar cuáles podrían ser una buena opción para ti. Si prefieres llevar a cabo actividades sociales, busca conventos que realicen servicios para la comunidad y deja a un lado aquellos en los que prime más la reclusión. Una vez que hayas encontrado uno que te interese, intenta vivir en él durante un tiempo mientras continúas trabajando fuera, para averiguar si la vida monacal es adecuada para ti. Si decides que sí, ingresarás como novicia y tomarás unos votos temporales. Solamente cuando hayas completado con éxito un período de tiempo determinado como novicia, podrás tomar los votos permanentes.

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