El final de los derechos y la responsabilidad paternal

Cuando tu hijo cumpla los 18 años no puede involucrarte formalmente en cualquiera de sus decisiones. Por ejemplo, si necesita un procedimiento médico no tienes ningún poder para obligar o denegar el tratamiento. También gana privacidad financiera, lo que significa que ya no tienes el poder de saber cuánto dinero tiene en su cuenta bancaria o cuánto le debe en una tarjeta de crédito. Además, no tienes ningún derecho a involucrarte en las decisiones sobre el matrimonio, la matrícula escolar o los viajes.

Acuerdos legales entre los padres y los hijos adultos

En algunos casos tu hijo puede elegir nombrarte como su contacto de emergencia, beneficiario, titular conjunto o concederte poder de abogado. Dichos acuerdos te dan ciertos derechos legales y responsabilidades asociadas con su bienestar, pero tu hijo puede revocarlo en cualquier momento. Ten en cuenta que las reclamaciones legales asociadas con tu hijo adulto dependen únicamente de sus preferencias y no están fortalecidas formalmente con tu relación familiar.

Universidad

Cuando tu hijo cumpla 18 años, es libre de inscribirse o abandonar los programas educativos sin tu consentimiento. Sin embargo, elegir matricularse en la Universidad, su elegibilidad para préstamos y subsidios del gobierno dependerán en gran medida tu situación financiera. Aunque no estás legalmente obligado a financiar la educación de tu hijo, el gobierno asume que incluirás la cantidad que se espera que contribuyan en su decisión sobre la ayuda económica.

Derechos y responsabilidades relacionales

Aunque la ley considera básicamente la relación entre un padre y un hijo adulto como lo haría cualquier relación entre dos adultos, esto no significa que no tengas un lugar especial en la vida de tu hijo. Una sólida relación con tu hijo adulto puede proporcionarle con el apoyo y la orientación que necesita para tener éxito y tomar buenas decisiones. Aunque esa relación no tiene ningún marco jurídico que la respaldo, los adultos jóvenes que regularmente tienen interacciones positivas con sus padres tienden a tener más éxito que aquellos que no la tienen.