Tiempo de secado de la leña

Leña apilada para secar.

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La leña recién cortada está formada por un 50 a 60 por ciento de agua. La mayor parte de la humedad debe ser eliminada para que la leña queme de manera correcta y dé un calor efectivo; el contenido de humedad ideal es del 20 al 25 por ciento o menos. Cuánto tarda en alcanzar esa reducción de humedad depende del tipo de madera, de dónde y cómo se guarda y del clima local. Incluso los árboles caídos no pierden humedad; solo la madera cortada y partida secará de manera efectiva.

Corta temprano, quema tarde

El viejo proverbio de la granja era "corta en primavera, quema en invierno". Esto es bastante cierto, ya que puede llevar nueve meses del año para que algunas clases de leña se sequen adecuadamente o "curen". El tiempo de secado varía con el corte; los trozos de 2 pies (60 centímetros), que es el largo estándar de la leña, secarán en aproximadamente seis meses, en tanto que los de 4 pies (1,20 metros) pueden tardar una año. La madera partida seca más rápido ya que tiene más zonas expuestas al aire que los troncos enteros con corteza.

Parte rápidamente

Corta la leña antes de que los árboles comiencen a brotar en primavera. Si un árbol talado aún tiene muchas hojas, déjalo hasta que las mismas se sequen; expulsarán mucha humedad de la madera mientras se secan. Parte la madera lo más pronto posible después de cortada. La madera verde es más fácil de partir que la estacionada, y cuanto más rápido más superficie de la madera está expuesta, es mejor.

Apila la madera sin apretarla

Apila la madera en el exterior, sin apretarla, para que el aire pueda circular entre los leños. Hay dos métodos de apilado comunes, hacer una columna cuadrada de leños en dos extremos y colocar leños horizontales entre ellos, o apilar los leños en una pirámide floja comenzando con tres leños en un triángulo y agregando a la pila hasta que sea tan alta y circular como te sea posible alcanzar. Ambos métodos funcionan, de modo que el aire pueda circular. Pon las pilas de madera donde estén expuestas a corrientes de aire fuertes. Haz dos pilas pequeñas en lugar de una grande para mejorar la exposición al aire.

Protégela de la lluvia

Cubre la madera con un toldo para protegerla de la lluvia y la nieve. Deja la lona lo suficientemente suelta como para que no interfiera con la circulación de aire alrededor y a través de la pila. Quita la lona en los períodos donde no haya probabilidades de lluvia; expón la madera lo más posible a la luz y el calor del sol para acelerar el secado.

Consigue buena madera

Comienza con buena madera. Las maderas duras, como el roble, el fresno, la mayoría de los abedules y la pacana queman a más temperatura y proporcionan mayor calor por el peso. Las maderas blandas, incluyendo el pino, el álamo americano, el cedro y la tsuga, queman rápidamente pero producen menos calor por peso. Evita las maderas como el olmo, nogal y eucalipto, que son casi imposibles de partir. Las maderas con alto contenido de resina, como el pino, curan más lentamente.

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