Cómo aislar una puerta de entrada de acero

Una puerta de acero puede resistir todo tipo de daños.

NA/AbleStock.com/Getty Images

Las puertas de entrada de acero son económicas, seguras ante el fuego y duraderas. Disponibles en una amplia variedad de colores y estilos, las puertas de acero se pueden hacer de manera que se parezcan a la madera, con los beneficios del acero. Una mayor seguridad es una de las mejores características de una puerta de acero. Sin embargo, es importante aislar bien la puerta de acero para evitar que las corrientes de aire entren en el hogar. La misma puerta también puede transferir frío hacia la casa si no está bien aislada, pero hay medidas que puedes tomar que te ayudarán.

Step 1

Comprueba que la puerta esté correctamente instalada. La puerta debe estar ajustada en el marco, pero no tan ajustada que no permita que se balancee. Comprueba las bisagras para ver si existe algo de flacidez y busca cualquier otra brecha. Vuelve a colocar la puerta si no está correctamente instalada.

Step 2

Coloca unos burletes alrededor de la jamba de la puerta para evitar que las corrientes de aire entren alrededor de los lados de la casa. Suma la longitud de cada lado de la puerta para averiguar cuántos necesitarás. Elige un producto de burletes apropiado para tu ubicación, como de vinilo o de metal para las regiones con inviernos más duros.

Step 3

Aplica un barrido de puerta a la parte inferior de la puerta para mantener las corrientes de aire hacia fuera. Éstos son fáciles de instalar y se pueden ajustar para diferentes materiales de umbral.

Step 4

Llena los espacios alrededor de la jamba de la puerta con un aerosol de espuma de aislamiento para evitar que las corrientes de aire se filtren por la puerta. A menudo, es difícil determinar exactamente de dónde está viniendo la corriente de aire o puede haber una gran cantidad de pequeñas áreas que la causan. La espuma en aerosol se mete en estos espacios más pequeños y luego se expande, rellenándolos y creando una barrera efectiva.

Step 5

Cuelga una sábana sobre la puerta en un clima que sea demasiado frío para evitar la transferencia de frío en la habitación. Martilla unos clavos a través de la parte superior de la manta y deja que cuelgue sobre la puerta. Aunque esta no es la solución más atractiva y puede ser incómodo para pasar, es muy eficaz para mantener el frío afuera durante los meses más fríos.

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