¿Por qué sucede la discriminación?

La discriminación es una conducta humana nociva de larga data.

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Hay algunas investigaciones científicas que sugieren que la discriminación y el prejuicio estaban presentes en el hombre antiguo. El miedo de aquello que es diferente, de aquello que no comprendemos, puede haber sido una estrategia de adaptación temprana de nuestra historia. Aquellos que evitaban algo o alguien que no era familiar, también evitaban heridas o la muerte en muchas instancias. Las poblaciones de los primeros hombres probablemente tenían mucha menos variedad en la apariencia y conducta que las culturas humanas de hoy. Sin embargo, los miembros desconocidos y posiblemente hostiles de otros grupos, sin mencionar predadores animales, provocaban una respuesta defensiva. Esta respuesta aún no puede funcionar bien en ciertas situaciones. Alguien que se ve sospechoso puede de hecho ser peligroso, y el evitar tal persona puede salvar una vida. Mientras que cierto nivel de cautela frente a lo desconocido es aún adaptable a nivel individual, cuando esta duda saludable se convierte en un prejuicio generalizado a nivel grupal, cesa de ser adaptable.

¿Una base evolutiva?

Burda tergiversación de los hechos

Los estereotipos negativos son a menudo creados a partir de una pizca de verdad que ha sido enormemente distorsionada para denigrar a grupos de gente. Por ejemplo, el estereotipo de que los mexicanos son vagos surge de las nociones erróneas acerca de la tradición cultural de la siesta. El hecho de que muchas tribus africanas usen la danza como una parte integral de sus rituales, ha llevado a la idea de que todos los afroamericanos pueden bailar. Las nociones inapropiadas de que todos los asiáticos son buenos en matemáticas y que todos los judíos son buenos con el dinero surge de los esfuerzos de la gente oprimida intentando tener éxito en situaciones difíciles. Los estereotipos, incluso aquellos con atributos aparentemente positivos, tienen efectos nocivos en sus sujetos. No sólo los estereotipos pueden llevar al prejuicio y la discriminación: si son internalizados por sus objetivos, dañan la imagen de sí mismo. El prejuicio puede crear profecías que se cumplen a sí mismas, en la que una persona piensa: "si es así como el mundo siempre me verá, ¿por qué luchar contra ello?".

Transmisión y proyección

Aunque la discriminación puede o no ser una predisposición evolutiva, no hay duda de que en tiempos modernos, cierta gente tergiversa verdades a medias y crea estereotipos dañinos. El miedo, la ira, la ignorancia o los celos pueden llevar a la formación de actitudes intolerantes y xenófobas. Considera cómo la ira y miedo que la gente sintió luego del 9/11 se convirtió, para algunos, en un miedo y odio hacia todos los musulmanes. La discriminación a veces se deja ver en racionalizaciones de por qué la vida de uno no es como debería ser. Está en la naturaleza humana querer creer lo mejor acerca de uno mismo. Puede ser más fácil culpar una acción afirmativa que admitir envidia cuando otra persona se destaca en lo que uno no. La discriminación más a menudo toma la forma de la ignorancia. Para aquellos que tienen mundos sociales limitados, una mala experiencia con un miembro de un grupo particular es fácilmente generalizada hasta convertirse en una percepción negativa de todos los que pertenecen a dicho grupo. Desafortunadamente, el prejuicio es a menudo mantenido a través de las generaciones. Sólo a través de la educación se puede esperar erradicar esta enfermedad social.

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