Step 1

Quita el polvo y los escombros de los bordes de la grieta, utilizando una espátula. Si hay algunos trozos sueltos en la pared interior de la grieta, retíralos con cuidado. Un destornillador u otro objeto largo y delgado a menudo es una herramienta ideal.

Step 2

Aplica una capa muy fina de compuesto con la espátula, pasándola directamente sobre la grieta. No intentes forzar el compuesto dentro la grieta, ya que una aplicación gruesa no suele adherirse correctamente y puede ser difícil de alisar, lo cual podrás lograr con el papel de lija y, de esta forma, asegurarte que todas las capas compuestas queden lo más delgadas posible. Esto te ahorrará una buena cantidad de tiempo y podrás limitar las capas que hay que aplicar. Trabaja con el compuesto, extendiéndolo hasta que quede uniforme, utilizando el borde de la espátula ancha para desvanecer el compuesto en el resto de la pared.

Step 3

Corta un pedazo de cinta de yeso y adhiérela a la ranura, asegurándote de que el surco quede bien cubierto, presionando la cinta sobre el compuesto húmedo, pasando la espátula repetidas veces hasta que la cinta quede firme.

Step 4

Toma una pequeña cantidad de compuesto y aplícalo a la cinta asegurándote de suavizar los bordes de modo que no quede ninguna línea entre la pared dañada sin compuesto. Espera a que seque, siguiendo las instrucciones del fabricante.

Step 5

Lija el área ligeramente con papel de lija de grano fino. Aplica otra capa delgada de compuesto, extendiéndola uniformemente y suaviza los bordes. Deja que se seque. Repite este proceso hasta que la grieta profunda quede reparada. Es posible que tengas que aplicar de dos a tres capas más. Asegúrate de que el parche entre cada capa sea par. Después de la última, lija el área de nuevo con papel de grano fino, hasta que la pared se sienta suave. Pasa la mano sobre el área para comprobar que no hay diferencias entre el parche y el resto de la pared.

Step 6

Pinta la superficie con cebador y deja que se seque. A continuación, termina la reparación de la grieta profunda pintando sobre el parche con la pintura que coincida con el resto de la pared. Lo ideal es usar una lata que utilizaste anteriormente. Si no tienes una disponible, lleva una muestra del color a tu ferretería local y compra un pequeño bote para retocar la pared. Si simplemente compras pintura basándote en el nombre del color, corres el riesgo de tener un tono ligeramente diferente, el cual podría destacar la reparación.