La teoría de las actividades rutinarias aplicada a la delincuencia

La teoría de las actividades rutinarias se utiliza para explicar la conducta delictiva.

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Dentro del estudio de la criminología, la teoría de las actividades rutinarias es una rama de la teoría de la elección racional que postula que nuestras acciones son el resultado de elecciones conscientes hechas después de sopesar nuestras opciones. Según esta teoría, el crimen no es un comportamiento aberrante, sino un hecho normal que definitivamente puede ser esperado en las condiciones adecuadas. Esta teoría es particularmente aplicable al estudio de la delincuencia.

Teoría de las actividades rutinarias

Los defensores de esta teoría creen que el crimen es normal, pero depende de las oportunidades para cometer el crimen. Si existe la oportunidad y la recompensa es lo suficientemente grande, es seguro que ocurra el crimen. Por ejemplo, un fácil acceso a una caja registradora en el momento en que no haya personal en una tienda de conveniencia sería un objetivo demasiado tentador para una persona como para dejarlo pasar, ya sea un criminal experimentado o alguien que nunca antes ha cometido un delito.

La oportunidad

De acuerdo con esta teoría, la responsabilidad del delito radica más en la víctima que en el delincuente. El factor más importante en si se ha cometido un delito no es la presencia de un criminal experimentado o de una persona socialmente desviada, sino si existe la ocasión de que un crimen pueda ser cometido. En la teoría de las actividades rutinarias, las cuestiones sociales como la pobreza y el desempleo no son vistas como factores de la delincuencia, ya que no intervienen en la oportunidad. Por lo tanto no es sorprendente que la teoría de las actividades rutinarias sea polémica entre los sociólogos que creen que el crimen sea el resultado de factores sociales. Sin embargo, la teoría de las actividades rutinarias explica ciertos tipos de delitos más que otros, como la descarga ilegal de películas y música, el robo en la oficina e incluso la malversación de fondos. En todos estos casos, es poco probable que el autor sea un criminal especializado y el delito se comete porque existe la oportunidad.

Tres elementos

Con respecto a la delincuencia juvenil, la teoría de las actividades rutinas sugiere que hay tres elementos que necesitan estar presentes para crear el escenario ideal para que un crimen sea cometido. Estos son: delincuentes potenciales, objetivos adecuados y guardianes incapaces, poco responsables con su trabajo o ausentes. La motivación detrás del crimen recae principalmente en la oportunidad y un menor de edad sin supervisión al que se le presenta una oportunidad es fácilmente tentado a cometer un delito.

Prevención de la delincuencia

La teoría de las actividades rutinarias también es eficaz en la explicación de las motivaciones detrás de delitos contra la propiedad, y ofrece asimismo soluciones para la prevención de delitos contra la propiedad. La teoría implica que el crimen puede prevenirse mediante la desactivación de uno de los tres elementos necesarios para la creación de la oportunidad ideal. La teoría sugiere que una víctima potencial puede reducir sus posibilidades de convertirse en víctima de un delito, simplemente cambiando sus actividades y rutinas de manera que, o bien se elimine la oportunidad o que el delito sea más difícil de cometer. Por ejemplo, variar tu rutina para hacer tus períodos de ausencias menos predecibles puede reducir en gran medida la oportunidad.

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