Las consecuencias negativas y positivas de la guerra de Corea
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Como sucede con todas las guerras, la de Corea tuvo una cantidad de consecuencias negativas, que van desde la destrucción de la tierra, la supresión de insumos clave, y, por supuesto, la muerte y la miseria general. De todos modos, también conllevó algunas consecuencias positivas, si bien este logro relativo no formó parte de las intenciones de los políticos responsables de la declaración de guerra.
Muerte y destrucción
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La consecuencia negativa más clara puede cuantificarse en el total de víctimas. Un luctuoso saldo estimado en cuatro millones de personas fallecidas, incluyendo soldados y civiles. La guerra produjo una profunda destrucción sobre la tierra. Algunas guerras, tales como la primera guerra mundial, contaron con el beneficio no intencional de causar menos daños en el terreno que otras, ya que las líneas del frente no se desplazaban de manera sustancial. Durante la guerra de Corea, sin embargo, ambos lados sufrieron tanto beneficios como pérdidas masivas, lo cual significa que el combate tuvo lugar en la parte superior e inferior de la península. Este hecho afectó la tierra de forma dramática, al imposibilitar los cultivos a lo largo de varios años, y afectar la capacidad de viaje de la gente a causa de la destrucción de los caminos.
Punto muerto final
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A pesar de que las líneas del frente se desplazaron, de hecho, hacia arriba y abajo de la frontera de manera continua durante la guerra, la conclusión final de la misma fue retroceder al preciso lugar donde había comenzado. Los enemigos reestablecieron la frontera en el paralelo 38, y ninguna de las partes ganó ni perdió terreno. Lo que es más, tampoco formularon un tratado de paz. En general, este tipo de tratados conllevan concesiones y negociaciones políticas que pueden implicar cambios; no obstante, en la guerra de Corea no existió un tratado de este tenor. En su lugar, los enemigos firmaron un cese del fuego, y a partir del 2011 no hubo más desarrollos diplomáticos significativos.
Fortaleza de las Naciones Unidas
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Un punto positivo de la guerra de Corea consistió en demostrar al mundo que las Naciones Unidas poseían una fortaleza sumamente real. Esto fue muy importante para la reciente organización internacional, ya que su precursora, la Liga de las Naciones, había fallado debido a que carecía de la habilidad para sostener sus políticas. Para bien o para mal, la guerra de Corea representó la posibilidad de que las Naciones Unidas adoptaran una postura sólida, y la respaldaran con acciones reales.
Control civil de la milicia estadounidense
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La Constitución de los Estados Unidos cuenta con una definición clara de cómo debe gestionarse la milicia. El presidente, un civil, es su comandante en jefe. Durante la guerra de Corea, el general Douglas Macarthur intentó subvertir al presidente Truman, y continuar con una guerra más agresiva en China. Al despedir a Macarthur por sobrepasar sus límites militares, Truman reforzó el control civil de la milicia de los Estados Unidos, lo cual, a su vez, respaldó algunas de las ideas centrales de la Constitución en sí misma.
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Referencias
Sobre el autor
Sam Grover began writing in 2005, also having worked as a behavior therapist and teacher. His work has appeared in New Zealand publications "Critic" and "Logic," where he covered political and educational issues. Grover graduated from the University of Otago with a Bachelor of Arts in history.
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