¿Qué pones debajo de las sillas para evitar que se rasgue el suelo?

Las sillas que todo el tiempo se están moviendo tienden a dañar los suelos si no están protegidas.

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Aunque los pisos de madera, azulejo y los más resistentes son todas buenas opciones para la mayoría de las casas, puede llegar a haber un rasgón cuando las patas de las sillas, que no están protegidas, son arrastradas por la superficie. Aunque depende del suelo y el peso de la silla (o de si las patas tienen algún clavito, tornillo u otra cosa rasposa salida), el daño puede ser desde leve hasta bastante profundo. Volver a dar un acabado e incluso cambiar todo el piso puede ser costoso, pero los accidentes se pueden prevenir si usas protectores debajo de la silla.

Almohadillas de fieltro autoadhesivas

Las almohadillas de fieltro se aplican en la parte de abajo de las patas limpias de las sillas y se sujetan con un adhesivo. Este material proporciona un suave y delicado deslizamiento por la superficie, lo que hace que las sillas sean fáciles y seguras de mover. Vienen de todos los espesores y formas, como para soportar distintos tipos de peso, y son imperceptibles cuando el tamaño es el correcto y se las adhiere de modo seguro. Normalmente más caro que otros tipos de protectores, el fieltro sirve más para pisos de madera. El grosor de la almohadilla también ayuda para nivelar a las sillas que ya se bambolean debido al uso.

Deslizadores de plástico

Los deslizadores de plástico proporcionan una fina capa que protege al linóleo, el azulejo y el vinilo de los rayones y rasgones. Este material se aprovecha mejor en habitaciones en las que los pisos están a menudo húmedos, como puede ser la cocina, el baño o el lavadero. Son excelentes para mover sillas muy pesadas u otros tipos de muebles del mismo estilo y generalmente se colocan con un adhesivo.

Ruedecillas

Las ruedecillas de goma o madera son como una suerte de copa que se coloca debajo de las patas para que las sillas tengan una superficie suave en el momento de chocar con el piso. Distribuyen el peso por todo el suelo, lo que ayuda a reducir el daño y los rayones. También sirven de protección contra las abolladuras y rasgones de los pisos más delicados, como el de azulejo o los de madera. Las ruedecillas tienen que tener por lo menos 2 pulgadas (5 centímetros) de diámetro y bandas de goma.

Puntas o pies de goma

Las puntas o pies de goma o plástico actúan como una funda protectora y se colocan debajo de las patas de los muebles para evitar los rayones y las marcas por las veces que se corren las cosas de la casa. No se colocan con adhesivo; el peso de la silla las mantiene de modo seguro en su lugar, que es debajo de los pies. Este tipo de protección normalmente es la más económica de todas y viene de distintos tamaños y colores. Ya que son visibles, usa la combinación de colores correcta. Para los pisos de cerámica, azulejo o los más resistentes, esta opción resulta la mejor.

Remedios caseros

Las almohadillas y los molesquines autoadhesivas, que están hechas específicamente para los callos y los juanetes, se pueden colocar muy fácilmente en los pies de las sillas para impedir la aparición de marcas en el suelo. También puedes utilizar un corcho chato, cortarlo y pegarlo, al igual que si tienes un pedazo pequeño de alfombra.

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