Cómo se comporta un perro en celo

La personalidad de tu mascota puede cambiar cuando está en celo.

Janie Airey/Digital Vision/Getty Images

Debido a que todos los perros son diferentes, reaccionarán distinto al comienzo de sus ciclos estrogénicos. La señal más temprana de que una perra puede estar en celo es un repentino cambio de personalidad, nivel de energía o comportamiento agresivo. Muchas perras se volverán más reservadas o agresivas justo antes del comienzo de este periodo, pero algunas exhibirán el comportamiento opuesto, volviéndose más extrovertidas y amigables. Cualquiera sea el caso, un repentino e inexplicable cambio en el comportamiento es un signo de que el ciclo estrogénico puede haber comenzado o estar a punto de hacerlo.

Los signos más reveladores son más físicos que actitudinales. La vulva de la perra puede inflamarse o aflojarse y puede cambiar de color a un rosa vibrante o rojo. Los pezones pueden hincharse también, volverse más sensibles y de un color más profundo. Su nivel de sed y promedio de orina usualmente aumenta notablemente. Algunas perras también tendrán sangrado vaginal, aunque el volumen de sangre típicamente es mucho menor al de la menstruación de una mujer adulta. La cantidad de sangre también se relaciona con el tamaño del animal. Las perras pequeñas producen poca sangre, incluso nada.

Comportamiento canino

El promedio del ciclo estrogénico

La mayoría de las perras entran en celo por primera vez alrededor de los seis meses de edad. Aunque tal como ocurre con los humanos, no hay una momento específico para la madurez sexual. Las perras que no han entrado en celo para los catorce meses deben ser examinadas por un veterinario.

Estos ciclos tienen a durar aproximadamente tres semanas y usualmente ocurren cada seis a ocho meses. A menos que la perra haya sido castrada, debería continuar entrando en celo en intervalos regulares hasta la vejez.

El efecto del ciclo estrogénico en los perros

Las perras en celo dejan aromas reveladores en su orina y descargas vaginales y estos aromas pueden atraer machos a lo largo y a lo ancho. Si se les permite acercarse unos a otros, virtualmente cualquier perro intentará montar a una perra en celo y virtualmente cualquier hembra en celo se lo permitirá. En ausencia de todos estos indicadores del ciclo estrogénico, una hembra que repentinamente atrae un fuerte interés de los machos probablemente esté en celo.

Debido a que la atracción de los perros a estos aromas es tan poderosa, se recomienda que los humanos se cambien de ropa y la laven cuidadosamente después del contacto directo con una perra que está en celo. De otra manera, uno puede recibir los avances indeseados de los perros que huelan el aroma.

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