¿Cuáles son buenas ideas para historias de terror?
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Ya sea que estés creando una historia de miedo para contar alrededor de una fogata o escribiendo una historia de terror, un buen relato de miedo deja a tu audiencia en suspenso mientras la escucha o la lee..., y posiblemente con un poco de susto antes de ir a dormir esa noche. Una buena historia tiene elementos de suspenso, de sorpresa y de misterio. Elabora la propia, considerando tu audiencia, ya que los niños pequeños se espantan más fácilmente que los más grandes o los adultos, y considera agregar elementos de humor para mitigar los momentos de terror.
"En una noche justo como esta..."
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Una buena historia de miedo para contar alrededor de una fogata puede iniciar con la frase: "En una noche justo como esta...". Cuenta una historia acerca de algunos campistas imaginarios o alpinistas en el área que se encuentran con un asesino serial fugitivo, o un autoestopista que resulta ser un fantasma u otro personaje de miedo que puedas imaginar. Entre más detalles realistas incluyas en tu historia, más escalofriante será su efecto. Modera esta clase historia para oyentes más pequeños al hacer que el villano resulte ser alguien que no dé tanto miedo, como su mejor amigo en un disfraz o un miembro de la familia.
Fábulas y leyendas
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Las historias fantásticas de vampiros, hombres lobos o duendes aún mantienen su poder de aterrorizar. Cualquier criatura mítica es un buen punto para empezar una historia de miedo. Haz que tu héroe intente escapar o huir de algún personaje sobrenatural que quiera atraparlo, y con cada giro inesperado, mantén a tu audiencia al borde de sus asientos preguntándose si tu héroe logrará sobrevivir.
Historias de "salto"
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Otra clásica historia de fogata involucra un final de miedo que hará que tu audiencia salte. Puedes convertir cualquier historia en una historia de "salto" siempre y cuando involucre a alguien que busque algo, ya sea un tesoro robado o un objeto tomado de un cementerio. La historia deberá involucrar a la persona, fantasma o monstruo que busque el articulo robado, y, en el momento más aquietado de tu narración, termina por voltear hacia una persona cerca de ti y gritar, "¡Tú lo tienes!" o "¡Fuiste tú!" para espantarlos y hacerlos saltar.
Referencias
- "Scary Stories to Tell In The Dark"; Alvin Schwartz; 1981
Créditos fotográficos
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