Templanza

Una de las virtudes de la religión católica es la templanza. Enseña a las personas a practicar la moderación y cómo no actuar sobre los impulsos y deseos. El concepto se ramifica en una variedad de sectores, entre ellos la gula (no comer más de lo necesario), abstenerse de consumir bebidas alcohólicas y la castidad sexual (no involucrarse en asuntos sexuales antes de entrar en una unión matrimonial).

Prudencia

La virtud de la prudencia tiene como objetivo ayudar a las personas a determinar la diferencia entre el bien y el mal y saber cómo actuar sobre las cosas. Es una guía crítica para analizar la diferencia entre el bien y el mal y cómo comportarse correctamente en situaciones difíciles. También ayuda a las personas a entender qué tipo de situaciones potencialmente dañinas y negativas deben evitar en la vida.

Justicia

La justicia es un ejemplo de una virtud moral de la iglesia católica. El concepto ayuda a las personas a entender cómo respetar a todas las personas por igual, con subdivisiones como la gratitud, la afabilidad, el cumplimiento de los deberes y la religión. Trabaja para establecer el orden y reglas sobre cómo las personas se tratan entre sí. Bajo la virtud de la justicia, una persona tiene que comportarse de tal manera que sea justa no sólo con sus semejantes, sino también consigo mismo.

Fortaleza

La fortaleza es una de las virtudes cardinales del catolicismo. La idea promueve un comportamiento coherente a la hora de buscar a Dios. Es tener coraje y fuerza interior para superar los obstáculos y las dificultades en la vida. Algunas de las ideas principales que forman parte de la fortaleza incluyen la determinación y la perseverancia (nunca darse por vencido en la consecución de bendiciones incluso en las más duras de las circunstancias), participar en actos y hechos honorables, ser generosos con los demás y tener paciencia inmensa. Si una persona sigue la idea de la fortaleza, será capaz de seguir adelante sin importar qué tipo de problema le depare la vida (incluso la muerte).