Cuentos para niños sobre la responsabilidad

Los cuentos para niños ayudan a enseñar valores morales.

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Enseñar valores a tus hijos no es una tarea fácil. Los cuentos infantiles pueden ayudar, si sabes cómo elegirlos y adaptarlos a la edad de tu hijo. Desde fábulas y cuentos de hadas hasta la popular psicología moderna para niños, todos intrigan la imaginación de los niños y les trasmiten valores y comportamientos responsables. Los clásicos nunca fallan a la hora que querer darles una lección.

El Principito

Una de las novelas para niños más populares, "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry tiene una historia impresionante que logra mantener la atención de tu hijo y a la vez le enseña valores de vida, incluida la responsabilidad. El principito se encuentra con el narrador, después de que se estrella en el desierto del Sahara. Los capítulos incluyen muchos dibujos y un montón de personajes marginales, cuyos diálogos ofrecen sabiduría a niños y a padres por igual. Un ejemplo que ilustra la lección la responsabilidad viene a través de una respuesta de un zorro que encuentra el príncipe al salir del desierto del Sahara. "Los hombres han olvidado esta verdad", dijo el zorro. "Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado".

El príncipe feliz

Al igual que Saint-Exupéry, Oscar Wilde también es conocido por su profunda sabiduría. Sin embargo, a diferencia de Saint-Exupéry, Wilde ofrece mucha ironía y sarcasmo, sólo para subrayar un punto en sus historias. "El príncipe feliz", trata de una golondrina y una estatua del príncipe feliz. Juntos, hacen felices a los ciudadanos pobres. Al final, eso le cuesta al príncipe su belleza y posición, y a la golondrina su vida. Es triste y fascinante, ya que enseña a los niños los valores más importantes en la vida: el amor, el compartir y ser responsables. El pajarito se niega a abandonar al príncipe después de que él ha perdido los ojos: "Entonces la golondrina volvió con el Príncipe "Ahora estás ciego", dijo, "así que me quedaré con vosotros para siempre". "No, pequeña golondrina" dijo el pobre Príncipe, "tienes que irte a Egipto". "Me quedaré con vosotros para siempre", dijo la golondrina, y se durmió a los pies del príncipe."

La niña de los fósforos

"La niña de los fósforos" de Hans Christian Andersen es una triste historia de una niña que vendía fósforos en la víspera de un año nuevo frío. Con mucho frío y miedo de ir a casa, la niña enciende los fósforos para mantenerse cálida en la bahía, viendo una visión de su difunta abuela, la única persona que la había amado en la vida. Al final, su abuela la lleva a su hogar en el cielo. Una gran lección de responsabilidad, o mejor dicho de irresponsabilidad, es cruelmente subrayada en las palabras de Andersen que explican por qué la niña tenía miedo de volver a casa: "Ella sentía cada vez más y más frío, pero no se atrevió a ir a casa, porque no había vendido fósforos, ni ganado un solo centavo y su padre seguramente le pegaría".

El ratón, el pájaro y la salchicha

Uno de los muchos cuentos de hadas de Grimm, "El ratón, el pájaro y la salchicha" demuestra la responsabilidad en las actividades conjuntas. El cuento presenta la asociación entre un ratón, un pájaro y una salchicha. Ellos viven juntos y cada uno lleva a cabo su propia tarea: el pájaro vende madera de los bosques, el ratón lleva el agua, enciende el fuego y pone la mesa, y la salchicha cocina. Después de un rato, los personajes intercambian sus funciones, ya que "cuando la gente está demasiado bien siempre comienza a ansiar algo nuevo". Esto causa un desastre, ya que la salchicha no puede llevar la madera, el ratón no puede cocinar y el ave no puede recoger agua. El cuento termina con todos los personajes muertos.

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