Matrimonios concertados

En los matrimonios concertados en la antigüedad, se usaba el velo para asegurar que el novio siga adelante con la boda. El matrimonio lo concertaban el padre del novio y el de la novia y se creía que, en algunos casos, el novio no iba a aceptar la boda si veía que la novia era poco atractiva. El velo sobre el rostro de la novia servía para que el permanezca comprometido. Algunas culturas también obligaban a la novia a usar el velo en los matrimonios concertados como símbolo de la sumisión y obediencia al novio.

Tradiciones medievales

Según las tradiciones medievales, el velo se utilizaba para proteger a la novia de los malos espíritus. Se creía que la novia atraía a estos malos espíritus a causa de su felicidad. El velo simbolizaba la pureza y la modestia y se usaba para confundir a los espíritus. El velo cubría los rasgos de la novia y ella podía ser felizmente casada.

Judaísmo y cristianismo

El Judaísmo y el cristianismo son religiones occidentales que valoran la virginidad de la novia; ella debe lucir un largo velo que cubra su rostro por completo como símbolo de la protección de su modestia. Al término de la ceremonia, en cualquiera de las dos religiones, el novio levanta el velo como símbolo de que él será la primera persona que tendrá relaciones sexuales con la novia. Además, el velo es un símbolo de la belleza interior. La tradición indica que en el casamiento la novia debe usar el velo como símbolo de que la belleza se puede desvanecer pero el amor es eterno.

Actualidad

En la actualidad, no se suele usar el velo sobre el rostro ya que la pureza no es tan importante. Se sabe que muchas parejas tienen relaciones sexuales antes del matrimonio, por eso el velo se coloca sobre el cabello y no en el rostro. Sin embargo, si quieres conservar el simbolismo de virginidad que tiene el velo, puedes usarlo sobre el rostro y moverlo durante uno de los dos momentos más importantes de la boda. Al comienzo de la ceremonia, el padre de la novia le levanta el velo para simbolizar que entrega a su hija, o lo puede levantar el novio cuando debe besar a la novia, como símbolo de la consumación del matrimonio.