Deportes

Los deportes proporcionan una manera saludable para que los niños liberen su agresión sin causar daño. Los deportes enseñan a los niños acerca de la importancia del juego limpio y del trabajo en equipo. Estas actividades permiten a los niños a practicar el control de su agresión. Al observar a otros estudiantes practicar la disciplina, se espera que también aprendan. Los niños se ejercitarán y la actividad física les ayudará a canalizar su agresividad de una manera no destructiva. Pueden elegir un deporte de equipo como el fútbol o una actividad que ponga de relieve la importancia del control como el karate. Para evitar el aspecto competitivo, los niños pueden participar en actividades como correr o nadar.

Meditación

Guiar a los niños agresivos mediante la meditación les ayuda a calmarse cuando se sienten fuera de control. Muchos métodos de meditación pueden ayudar a los niños; los métodos pueden incluir imágenes guiadas y la relajación consciente. Enseña a los niños a despejar sus mentes, respirar lentamente y contar hasta 10 cuando sientan como si la agresión estuviera sacando lo mejor de ellos. Enséñales a pensar en cosas que los calmen cuando se sientan abrumados por la agresión. Con suerte, van a aplicar estas lecciones en las situaciones de la vida real.

Arte

Los niños con una actitud agresiva a menudo tienen dificultades para expresar sus sentimientos de manera saludable. Ellos pueden tener emociones ocultas que los están saboteando desde dentro. Los niños pueden usar el arte para sacar estas emociones a la superficie. A través de la pintura, dibujo, escultura y otras formas de arte, pueden compartir los sentimientos que están encapsulados en ellos y es de esperar que canalicen la fuente de su agresión. Cuando los niños estén molestos, anímalos a dibujar o pintar lo que sienten en lugar de actuar físicamente.

Voluntariado

Los niños que son agresivos pueden estar llenos de ira, incluso cuando sus vidas son relativamente positivas. Parte de esta ira puede estar centrada en ellos mismos. El voluntariado puede ayudar a estos niños a entender que otros están en posiciones más difíciles. Un niño que está enojado porque sus padres no le compran los nuevos productos electrónicos puede sentirse un poco más agradecido si se ofrece como voluntario para ayudar a los niños que están verdaderamente desfavorecidos. Hacer algo bueno por los demás también puede elevar su autoestima y proporcionar a los niños un enfoque positivo.