Batallas de la Guerra de Independencia de México

México enfrentó a España para lograr su independencia.

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La Guerra de Independencia de México duró desde 1810 hasta 1821, y comenzó como un conflicto entre los campesinos de México y los administradores coloniales de España. El 16 de septiembre de 1810, el fraile Miguel Hidalgo, un popular sacerdote católico, declaró la guerra a los terratenientes españoles ricos. Las batallas entre los dos grupos fueron muchas, pero en 1821, las autoridades españolas firmaron el Tratado de Córdoba, estableciendo la independencia mexicana.

Monte de las Cruces

La Batalla del Monte de las Cruces fue un triunfo para los insurgentes mexicanos. Más de 90.000 indígenas mexicanos lucharon en la batalla y, debido a su gran número, derrotaron al ejército español. El campo de batalla se encuentra donde hoy está el moderno Parque Nacional La Marquesa, también llamado Parque Nacional Miguel Hidalgo.

Puente Calderón

La Batalla de Puente de Calderón fue un punto de inflexión en la guerra y se libró al este de Guadalajara en Jalisco, México, el 17 de enero de 1811. Los insurgentes estaban cerca de la victoria en la batalla cuando un vagón de municiones explotó, provocando el pánico de las tropas, las que se dispersaron dejando a las fuerzas españolas victoriosas.

Arrollo de Rosillo

La Batalla del Arrollo de Rosillo se libró el 29 de marzo de 1813, cerca del actual San Antonio, Texas, y duró menos de una hora. Fue una victoria decisiva para los insurgentes y dio lugar a un proyecto de declaración de la independencia de "Tejas". Las fuerzas españolas perdieron entre 100 y 330 hombres, mientras que los insurgentes perdieron sólo seis. Los insurgentes también fueron capaces de capturar 1.500 caballos y mulas y seis cañones, junto con municiones y armas de fuego.

Medina

La batalla de Medina, librada el 18 de agosto de 1813, se considera la batalla más sangrienta jamás ocurrida en lo que hoy es Texas. Se luchó en un arenoso bosque de roble 20 millas (32 kilómetros) al sur de San Antonio, entre las fuerzas republicanas de la expedición de Gutiérrez-Magee y un ejército realista español. Las fuerzas republicanas, con la esperanza de evitar una batalla en San Antonio, se reunieron con el ejército español al sur de la ciudad. Ellos planearon una emboscada, pero fueron emboscados ellos mismos. Menos de 100 de los 1.400 miembros de las fuerzas republicanas sobrevivieron, y menos de 20 fueron identificados. El ejército español sólo perdió 55 hombres. Los cuerpos de los combatientes republicanos permanecieron en el campo de batalla durante nueve años antes de ser enterrados.

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