Características del neón
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El neón (Ne), descubierto en 1898 por William Ramsay y Morris Travers, es un elemento que está entre el helio y el argón en la tabla periódica. Cuando una descarga eléctrica pasa a través de él, el gas neón emite un resplandor brillante naranja rojizo, y es el responsable de las miles de luces y carteles que se ven en ciudades de todo el mundo.
Caracterísiticas físicas
El neón es un gas liviano incoloro, inodoro e insípido; es incluso más liviano que el aire. Tiene una densidad de 0.89990 por gramo/litro, un punto de congelamiento de -248.67º centígrados y uno de ebullición de -246.048º centígrados, menor que el punto de ebullición del nitrógeno. No es reactivo porque tiene una capa exterior que previene la pérdida o adquisición de electrones y, por lo tanto, no tiene componentes estables conocidos, aunque en el laboratorio puede hacerse un compuesto raro con neón y flúor. Esta propiedad física coloca al neón en el grupo de elementos llamados "gases nobles", ninguno de los cuales reacciona con otros elementos.
Propiedades atómicas
El neón tiene un número atómico de 10, con una masa de 20.180. Tiene tres isótopos estables: neón 20, 21 y 22, que hacen el 90.92, 0.26 y 8.82 por ciento del neón natural respectivamente. Otros cinco isótopos del neón son radioactivos, y ninguno de ellos se da naturalmente. El neón licuado es comercializado como un refrigerante criogénico económico.
Aplicaciones del neón
El principal uso del neón es en iluminación fluorescente y carteles, que son rojos o naranjas; para producir otros colores de luces se usan diferentes gases. Los indicadores de alto voltaje usan neón, así como los protectores de sobretensión, los tubos medidores de ondas y los tubos de televisión. Un tipo de cristal láser también usa neón y helio.
Producción de neón
El neón fue primero aislado del gas argón, pero actualmente se produce por la destilación de aire licuado, quitando el nitrógeno por condensación a alta presión, y bajando la temperatura. El carbón activado a bajas temperaturas se usa para separar el helio utilizando concentración selectiva. Este es un proceso lento, y se necesitan 88.000 libras (40.000 kilogramos) de aire para producir 1 libra (450 gramos) de neón.
Riesgos para la salud
Dado que el neón es un gas inerte y no tóxico, no representa directamente una amenaza para la salud y además, la gente respira pequeñas partículas de neón del aire. No obstante, las concentraciones excesivas del mismo pueden causar mareos, vómitos, asfixia e incluso la muerte cuando se carece de oxígeno. No se plantea ningún daño para el medio ambiente por la presencia de neón, que es el gas más prolífico del universo. Su imposibilidad de formar compuestos lo hace ecológicamente seguro.
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Referencias
Créditos fotográficos
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