En la práctica, es una herramienta útil tanto para quienes trabajan con la energía como para los pacientes, ya que es una señal tangible y visible de las áreas problemáticas. Este método de diagnóstico de los chakras deriva del libro de texto "Manos que curan" de Barbara Ann Brennan.

Sostén el péndulo o el collar (un colgante en una cadena sencilla es lo mejor) aproximadamente a seis pulgadas por sobre el chakra en el que vas a trabajar. Usa sólo dos dedos para sostenerlo. Esto reduce la posibilidad de que muevas tu cuerpo, influyendo sobre el movimiento del péndulo.

Aclara tu mente y busca un estado de equilibrio. No abordes el chakra ni al paciente con ideas preconcebidas del estado del campo energético.

Observa el péndulo. Según cuán tapado o contraído esté el campo de energía, el péndulo comenzará a moverse. Brennan dice que probablemente se mueva en forma circular, pero puede que el movimiento sea elíptico o tenga una trayectoria recta.

Analiza el movimiento del péndulo. Si es lento, ruidoso o débil, entonces el chakra está tapado y no hay mucha energía moviéndose a través de él. Otro indicador de problemas es si el péndulo se mueve en la dirección opuesta a las agujas del reloj.

Observa en detalle la forma y la amplitud de la oscilación. Un chakra sano tiene un diámetro de alrededor de seis pulgadas; todo lo que esté muy por encima o muy por debajo de esta cifra demuestra que corresponden a un exceso o a un uso bajo. El movimiento elíptico muestra que probablemente haya un desequilibrio energético hacia un lado o hacia el otro.