¿Cuáles son las diferencias entre las creencias de los católicos, los protestantes y los ortodoxos orientales?

El cristianismo es una fe antigua que contiene una gran cantidad de diferentes creencias y tradiciones.

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Las iglesias católica, la protestante y la ortodoxa oriental representan las tres ramas principales de la fe cristiana. En contraste con las otras dos, no hay una estructura institucional general en el protestantismo. Literalmente existen cientos de iglesias protestantes, la mayoría compartiendo fundamentos básicos teológicos, pero también teniendo una gran variedad de doctrinas y creencias. Las iglesias católica y ortodoxa oriental son ambas gobernadas centralmente y tienen un conjunto más coherente y estrictamente controlado de doctrinas y creencias.

Las escrituras y el canon

Las tres ramas creen en la Biblia como su libro sagrado. La Iglesia ortodoxa oriental utiliza la versión Septuaginta del Antiguo Testamento. Se trata de un texto griego producido por primera vez por la comunidad judía de Alejandría en el siglo II. Fue la Escritura original para el mundo de habla griega, incluyendo la primera comunidad cristiana. Contiene algunas obras que no se encuentran en los textos hebreos. Las Escrituras oficiales para la Iglesia católica romana es la Vulgata. San Jerónimo tradujo la Vulgata del Antiguo Testamento directamente del hebreo en el siglo V. Las secciones que no se encuentran en hebreo fueron separadas y se llaman los libros apócrifos. Las biblias protestantes son en la lengua vernácula de la congregación, y los protestantes (al igual que los judíos) no consideran a los libros apócrifos como Escrituras. Todas las ramas están básicamente de acuerdo en el texto griego y los libros que componen el Nuevo Testamento.

Autoridad y tradición

La Iglesia católica romana cree en la autoridad con respecto a la verdad teológica que se deriva de tres fuentes: el Papa y los obispos, las tradiciones de la Iglesia y las Escrituras misma. La Iglesia ortodoxa oriental reconoce la tradición y las Escrituras, mientras que las denominaciones protestantes sólo reconocen la autoridad de las Escrituras. Una de las consignas de la disidencia protestante del catolicismo fue "Sola Scriptura" (sólo las Escrituras). Por supuesto, los protestantes interpretan las Escrituras a través de una variedad de traducciones y estrategias interpretativas, pero una creencia autorizada debe arraigar en última instancia en las Escrituras.

Clérigo

La Iglesia católica romana y la ortodoxa oriental creen que los ministros ordenados tienen un estatus especial cuando se trata de la administración de los sacramentos. Estas ramas creen que para que los sacramentos sean válidos, un miembro del clero debe administrarlos. El clero protestante está compuesto simplemente por personas que fueron instruidas y designadas como líderes por la congregación, y no pretenden tener ningún poder especial o autoridad que no esté disponible para los laicos. La insistencia de Martín Lutero de que que la iglesia y el clero no tenían poderes especiales para conceder el perdón de los pecados fue una de sus principales objeciones doctrinales a la fe católica.

Eucaristía

En relación al ritual central del culto cristiano, la Eucaristía, en el que se consume pan y vino (o el jugo de uva sin fermentar, en algunas denominaciones protestantes), se hace según las instrucciones de Jesús en la última cena. Importantes diferencias en las creencias de la iglesia católica romana y la iglesia ortodoxa oriental (donde la Eucaristía es también conocida como la Liturgia) también implican una separación. La doctrina sostiene que el pan y el vino, cuando es consagrado por un sacerdote, adquiere la esencia del cuerpo y la sangre de Jesús. La opinión no es que las sustancias se modifiquen en modo alguno que se pueda medir, sino que la naturaleza esencial del pan y el vino es sustituido de manera que Jesús está realmente presente en la comunión. La creencia protestante sostiene que el pan y el vino son un símbolo, un recuerdo de Jesús, y nada más. Esta diferencia en la creencia fue otro de los grandes desacuerdos entre la Iglesia católica y Martín Lutero.

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