¿Qué dice la ley sobre los derechos del padre sobre el aborto?

El padre norteamericano no tiene derechos legales con respecto al aborto.

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El aborto es uno de los temas más controversiales en la política norteamericana. El rol apropiado que el padre tiene en la decisión del aborto, si es que lo hay, es sólo uno de muchos debates escuchados sobre el tema. Aunque en algunas culturas a lo largo de la historia, e incluso en 2010, los hombres tienen un rol significativo o incluso dominante en las decisiones sobre el aborto, el padre en norteamérica esencialmente no tiene derecho legal. El contexto en el cual esta preocupación ha sido más litigada en los EE.UU. es con relación a los derechos de los hombres casados cuyas esposas buscan practicarse un aborto.

Davis vs. Davis

En 1992, un innovador caso relacionado con los derechos del padre se decidió en Tennessee. Una pareja divorciada no tuvo éxito a la hora de tener hijos y había creado embriones fertilizados que fueron congelados para un futuro implante. Después de que la pareja se divorció, la mujer quiso seguir adelante con el implante. Aunque el tribunal falló en su favor, diciendo que era por el mejor interés de los embriones que fueran implantados y nacieran, la corte de apelaciones sostuvo que el hombre tenía un derecho constitucional a no ser padre sin su consentimiento. La decisión fue afirmada por la Suprema Corte de Tennessee, pero no fue revisada por la Suprema Corte de los EE.UU.

Paternidad planificada vs. Casey

El mismo año, la Corte Suprema emitió su propia decisión histórica sobre los derechos del padre. Un estatuto de Pennsylvania autorizando un aborto requirió, entre otras cosas, la notificación del procedimiento al cónyuge. La ley ha sido invalidada a nivel de apelación federal como inconstitucional y una Corte Suprema muy dividida confirmó la sentencia. La decisión se basó en casos previos en los cuales la Corte había encontrado el derecho a decidir si tener o no el hijo es un aspecto fundamental de la privacidad individual protegida contra la intrusión por parte de las leyes estatales de la Due Process Clause of the 14th Amendment (14ava. enmienda de la cláusula de debido proceso).

Disentimiento de Alito

Más de una década después de la decisión en el caso de paternidad planificada vs. Casey, la controversia llegó otra vez a los titulares. En 2005, el presidente de entonces, Bush, nombró a Samuel Alito Jr., como juez de la Corte Suprema. Alito había estado en el tribunal que decidió el caso Casey a nivel de apelación. Aunque esa corte había abatido el requisito de notificación parental, Alito había sido el único en disentir. Finalmente, Alito fue aprobado por el senado y ascendió a la Corte Suprema, donde a partir de 2010 se encuentra actualmente al lado del juez Antonin Scalia, que también estuvo en desacuerdo con el caso en la cuestión de la notificación del cónyuge.

Opinión pública

La posibilidad de que la Corte Suprema revierta explícitamente el caso anteriormente citado es baja, pero existe una posibilidad de que una corte conservadora emita una orden que le de al estado una palanca para exigir la notificación al cónyuge antes de un aborto. En 2003, Gallup hizo una encuesta sobre el tema y descubrió que la opinión pública quedó bastante estable en la década desde el caso, y que estuvo ampliamente a favor de la notificación al cónyuge. El 72 por ciento de las personas respondieron a favor, y el 67 por ciento de las mujeres acordaron que una mujer debería notificar a su marido antes de practicarse un aborto. Con el paso del tiempo, la Corte Suprema tiende a alinearse con la opinión pública y algunos creen que el razonamiento en el caso Davis vs. Davis podría ser una forma de cerrar la brecha.

Conclusión

Como donante de esperma para fertilizar un embrión, tienes el derecho legal de evitar convertirte en padre en contra de tu voluntad. Pero con relación al desarrollo del feto dentro de una mujer, no tienes derecho legal sobre la cuestión del aborto. Se han formado una gran variedad de grupos de defensa del interés público argumentando a favor del derecho de los hombres en la decisión del aborto. La ley está de un lado, dicen, porque se puede obligar a un hombre a aceptar las obligaciones legales de la paternidad pero no a evitar que una mujer aborte un bebé cuando él sí quiere que nazca. La ley puede cambiar y el debate continúa, con estados como Ohio que consideran la legislación que podría potencialmente esquivar la decisión Casey.

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