Falta de respeto por la autoridad

Los niños cuyos padres se han divorciado son más propensos a demostrar un comportamiento agresivo, dificultad para interactuar con los padres, hermanos y pares y problemas con la autoridad, a diferencia de los niños cuyos padres siguen casados. Un nuevo matrimonio puede hacer que el niño sienta un número de emociones negativas, incluyendo resentimiento, celos, defraudación y culpa. Estas emociones se pueden manifestar demostrando desobediencia y falta de respeto hacia quien se casó con alguno de sus padres, quien por lo general tiene la culpa de la situación que al niño no le gusta. Estos sentimientos malos pueden suceder durante el matrimonio cuando el padre o la madre tolera o defiende el comportamiento del niño, dejando a su nueva pareja como un intruso no querido en su propia casa. Los niños deben recibir aliento para expresar sus emociones abiertamente mientras se mantiene un estándar de respeto por todos los que viven en la casa.

Diferencias en la disciplina

En cualquier matrimonio, las diferencias en los estilos de disciplina del niño puede causar conflictos. Cuando los niños en cuestión son hijastros, la posibilidad de conflicto aumenta. Los roles de paternidad no están tan claros en una relación padrastro - hijastro. Un padrastro que llega fuerte, con un rol autoritativo puede alienar al niño y disparar instintos de protección y de defensa en el padre biológico. Esto puede llevar a un conflicto dentro del matrimonio y una familia dividida. Los roles de paternidad y los límites deberían decidirse como pareja. A medida que surgen los conflictos, es vital que los padres presenten un frente unido ante los niños y resuelvan las diferencias en privado.

Celos

Un padrastro es el miembro de un equipo de padres, incluyendo al otro padre biológico, conocido como la ex pareja. Es por el bien de los intereses del niño para ambos padres biológicos el hecho de mantenerse activos en su vida. Sin embargo, su presencia puede provocar celos e inseguridad en la pareja actual, así como también un posible conflicto por el cuidado o la disciplina del niño. Una paternidad efectiva requiere comunicación y coordinación entre ambos hogares. Los padres se divorcian entre sí, no de los niños, y un padrastro puede sentirse bien sabiendo que la ex pareja es "ex" por una razón.

Momentos para la pareja

Una queja común entre las parejas casadas con hijos es la falta del tiempo para los adultos. El problema surge cuando los hijos de matrimonios anteriores se combinan en una casa. Las responsabilidades de mantener una casa y de criar a los niños son interminables y a menudo dejan pocas oportunidades de tener tiempo de calidad con tu pareja. Los problemas de comunicación y la distancia emocional pueden desarrollarse cuando las parejas no hacen un esfuerzo para pasar tiempo juntos lejos de las preocupaciones diarias de la vida en familia. El matrimonio es la base de una familia y tomarse tiempo para fortalecer dicha relación, beneficiará a la familia entera.