Los argumentos de ambas partes

Las respuestas negativas a la pregunta "¿Te gustaría que tus hijos fumen marihuana?" son los argumentos más convincentes de los que se oponen a la legalización de la marihuana. Por la otra parte, el argumento monetario es el más convincente, donde se hacen estimaciones tanto del ahorro potencial de los gastos que se erogan por aplicar la ley, como por los ingresos potenciales que podrían generarse al gravar con impuestos el cultivo, la producción y el consumo de la marihuana. Sus defensores sostienen que dado que la mayoría de los infractores capturados con marihuana solamente reciben un "jalón de orejas" de todas formas los ahorros y los ingresos podrían concretarse.

Argumentos sobre la salud

La parte que está en contra de la legalización argumenta que la marihuana es adictiva y constituye un peligro para la salud, suscitando el argumento contrario a favor de la legalización que sostiene que "solamente si se toma con frecuencia y en grandes dosis". Los críticos citan estudios que vinculan la droga con el cáncer, problemas respiratorios, ataques al corazón y daños al sistema inmunológico, señalando que los riesgos a corto plazo incluyen pérdida de memoria, percepción distorsionada y pérdida de las habilidades motoras. Los defensores dicen que la marihuana ayuda a aumentar el apetito y aliviar los síntomas del glaucoma, en tanto que sus críticos sostienen que existen mejores medicamentos para estas condiciones. Los defensores de la legalización argumentan que si la marihuana se cultiva legalmente, se podían encontrar curas para otras enfermedades.

Riesgos para otros

Los críticos argumentan que la marihuana es un peligro no solamente para los usuarios sino también para los quienes los rodean, en forma similar a los fumadores pasivos de tabaco. También citan estadísticas que vinculan el uso de la marihuana con la delincuencia y los accidentes de tráfico, señalando que la marihuana afecta la capacidad de concentración, el estado de alerta, la coordinación y la reacción, por lo que es difícil juzgar las distancias, así como leer y reaccionar a las señales. Sus defensores sostienen que lo mismo sucede con el consumo del alcohol y en ocasiones con el consumo de tabaco, los cuales son legales.

Después del tabaco y el alcohol

Los defensores dicen que las limitaciones en el consumo del alcohol y del tabaco se pueden imponer al uso de marihuana. Se puede imponer un límite de edad y pueden existir sitios de uso restringido, así como etiquetas obligatorias en los paquetes de marihuana que indiquen los peligros potenciales para la salud. Los críticos responden que el alcohol y el tabaco no son tan peligrosos y no conducen a drogas letales más tarde en la vida, alegando además que los defensores de la legalización pretenderían conseguir después la legalización de drogas más fuertes.

Argumentos de apertura a otras drogas

Los críticos citan estudios que indican que son pocos los usuarios de otras drogas diferentes a la marihuana que declaran haberlas consumido sin haber probado primero la marihuana, concluyendo que la marihuana conduce al uso de drogas más fuertes y peligrosas, como la cocaína y la heroína. Sus defensores sostienen que no todos los usuarios de marihuana terminan utilizando drogas más fuertes y que no todos los usuarios de drogas más fuertes han probado marihuana. Los críticos responden que la marihuana le quita las inhibiciones al consumo de drogas y promueve una cultura que permite el uso de otras drogas.