Una cena a la canasta es una comida en la que se espera que cada invitado lleve un plato. El concepto básico es aliviar a la anfitriona del estrés y el costo de alimentar una gran multitud. También le da a los invitados la posibilidad de compartir sus mejores recetas y presumir sus habilidades para cocinar y hornear.

Opciones para la canasta

La opción más arriesgada es simplemente pedirle a la gente que lleve su plato favorito. Esto significa que la cena puede terminar teniendo 20 postres y dos platos de vegetales o viceversa. Un camino más seguro es asignar categorías específicas a cada invitado, o hacer que se apunten para llevar cierto tipo de comida. De esta forma, se garantiza que la comida tenga aperitivos, guarniciones, postres y un plato principal. Otra opción es que el anfitrión prepare el plato principal, como guisado, pavo o jamón, mientras los invitados llevan el resto.

Tareas de la anfitriona

Las anfitrionas deben proporcionar las utensilios para servir, servilletas, tazas, platos y vasos, así como aderezos, condimentos, una selección de bebidas y hielo. Pídele a los invitados que viajan desde lejos que lleven artículos no perecederos o un guiso que pueda ser cocido en el lugar de la comida a la canasta. Desocupa tanto espacio como sea posible en el refrigerador para enfriar los platos. Proporciona hornillas o braseros y alargues para cualquier artefacto eléctrico de donde se sirvan alimentos.

Responsabilidades de los invitados

Lleva el plato requerido por la anfitriona, o pregunta por adelantado si puedes hacer un reemplazo. Haz que sea lo suficientemente grande para alimentar al número de invitados esperado. Etiqueta con claridad los platos con tu nombre, el nombre de la receta y las instrucciones para calentar y servir. Asegura el plato firmemente en el auto para evitar que se derrame. Imprime varias copias de tu receta para entregar a quienes te la pidan durante la cena.

Buenos platos a la canasta

La clave para disfrutar de una cena a la canasta es mantener el plato simple y fácil de transportar. Elige platos que requieran poco o ningún recalentamiento o refrigeración, como quiche, frittatas y ensalada de pasta. Un plato congelado que pueda descongelarse camino al destino también es ideal. Haz guisados con fijadores fuertes como huevos o queso que no se derramarán. Crea el plato en una cacerola con una tapa asegurable, y recaliéntalo cuando llegues al lugar de la cena.