Step 1

Retira todos los alimentos del interior de la nevera. Puedes almacenarlos en un refrigerador mientras la nevera está siendo limpiada para evitar deterioros. Tira todo lo que sea viejo o esté vencido mientras lo retiras.

Step 2

Retira todos los estantes y cajones y ponlos a un lado para limpiarlos luego. Si son de metal, verifícalos para asegurarte de que no se les haya salido el revestimiento provocando que se oxiden. Compra nuevos de ser necesario para ayudar a evitar que vuelvan a producirse marcas de óxido.

Step 3

Llena un recipiente o un contenedor con agua caliente y agrega tu detergente antibacterial favorito. Es necesario que el contenedor sea trasladable y que se pueda apoyar en el piso cerca de la nevera o en su interior, en la parte inferior. Utiliza guantes de goma si tus manos son sensibles.

Step 4

Forma una pequeña pila con tu potenciador de lavado a base de bórax favorito justo en la parte inferior del compartimiento interior. Coloca tu recipiente de agua caliente a su lado. Moja el estropajo dentro del agua y luego en la pila de polvo potenciador de lavado para crear una pasta en el trapo. Refriega sobre los puntos oxidados hasta que sean removidos.

Step 5

Pasa un trapo en el interior con el agua caliente jabonosa mientras trabajas. Cuando estés satisfecho con el removimiento de las manchas de óxido, cambia el agua caliente jabonosa por agua caliente común. Agrega 1/4 de taza de bicarbonato de sodio dentro de ese agua, dependiendo de qué tan grande sea tu contenedor y limpia el interior una vez más. Seca la nevera meticulosamente.

Step 6

Limpia y reemplaza todos los estantes y los alimentos que hayas conservado. Tu nevera está ahora reluciente de limpieza y libre de olores todo al mismo tiempo.