Step 1

Prueba el suelo de tu jardín. Puedes comprar un kit para hacerlo tú mismo. Los kits de prueba de suelos se encuentran en viveros, ferreterías o tiendas en línea. La mayoría vienen con un tubo para contener los materiales de la prueba, una solución y una tabla. Coloca la muestra de suelo en el tubo y agrega una cantidad específica de gotas de la solución (las instrucciones te darán la medida precisa). Agita el tubo de prueba y deja que repose por aproximadamente una hora. Compara el color de tu muestra de suelo con la tabla que viene en el kit para determinar el pH de tu suelo.

Step 2

Agrega materiales al suelo para aumentar el pH. Las bolitas de cal, cal dolomita, cal hidratada, cenizas de madera o conchas de ostras pisadas ayudarán a elevar la alcalinidad del suelo. Encuentra los materiales en tu vivero local y pide instrucciones detalladas del uso más efectivo de los mismos. Cuando trabajes con cal, es fundamental seguir las instrucciones del envase para evitar agregarla en exceso.

Step 3

Aplica un fertilizante con alto contenido de fósforo. El fósforo ayuda a evitar que el aluminio (que es el mayor responsable de crear la tonalidad azul) se filtre en la hortensia y produzca flores azules o púrpuras. Prueba el suelo luego de unas semanas y vuelve a aplicar el producto que ya usaste, o usa otro. Es importante esperar de algunas semanas a un mes para asegurarte de no alcalinizar el suelo en exceso, lo que puede dañar la hortensia y agotar sus nutrientes.

Step 4

Considera cultivar en contenedores. Esto es especialmente importante si vives en una zona con altos niveles de aluminio en el suelo. Las hortensias florecen en macetas grandes, y esto te permitirá tener más control sobre la calidad del suelo. Escoge una mezcla de suelo que no tenga aluminio (la mayoría no lo tiene) y tendrás hermosas flores rosas.