Efectos de sonido

Según un estudio de 1984 realizado en la Universidad de Nebraska, los sonidos extremadamente altos (120 a 150 decibelios) pueden causar convulsiones e incluso la muerte en ratones de laboratorio. Sin embargo, el ruido en este nivel es también perjudicial para el oído humano y no puede ser utilizado en repelentes de ratones. Los repelentes de ruido utilizan frecuencias más altas de las que los humanos pueden oír en un intento por repeler ratones. El sonido también se disipa rápidamente lejos de su fuente. Un ruido a dos pies (60 cm) de distancia de la fuente es sólo un cuarto de la fuerza del ruido de un pie (30 cm) de distancia de la fuente. A cuatro pies (120 m), el sonido es sólo un dieciseisavo de fuerte.

Ratones de laboratorio contra ratones salvajes

Las pruebas en animales de laboratorio tales como ratones y ratas han demostrado que el ruido es un repelente más eficaz en los animales de laboratorio que en los animales salvajes. Las ratas salvajes de Noruega, por ejemplo, son sólo temporalmente repelidos por los dispositivos de ultrasonidos, como se informa en el estudio de 1984 de la Universidad de Nebraska. Con el tiempo superan su miedo o aprensión al repelente y vuelven a sus actividades normales.

Habituarse

La habituación es un término psicológico que se refiere a un organismo "acostumbrándose" a algo y a superar su miedo o aprensión. Esto parece ocurrir cuando los dispositivos repelentes ultrasónicos se usan para repeler ratones en condiciones normales. El uso inicial del dispositivo suele tener éxito en el desplazamiento de los ratones, pero, a medida que se acostumbran al ruido, superan su miedo a él y pueden volver a habitar las zonas que fueron abandonadas con anterioridad.

Umbrales de frecuencia

Los seres humanos pueden oír sonidos a frecuencias de hasta unos 23.000 Hz (Hertz). Los investigadores de la Universidad del Estado de Louisiana informan que los ratones y las ratas son sensibles al sonido de hasta 60.000 y de aproximadamente 76.000 Hz, respectivamente. Sin embargo, las mascotas comunes de las casas como los gatos y los perros también pueden escuchar frecuencias ultrasónicas. Los gatos pueden percibir el sonido hasta aproximadamente 64.000 Hz, y los perros perciben sonidos de hasta 45.000 Hz. Deberías considerar no usar el ruido como un repelente para los ratones si tienes mascotas.

Efectos de ultrasonido

Discovery News informa que los ratones se comunican con sonidos de alta frecuencia más allá del rango de la audición humana. Los repelentes ultrasónicos pueden trabajar mediante la interrupción de la capacidad de los ratones para comunicarse al ahogar sus sonidos. Los ratones machos cantan canciones ultrasónicas de apareamiento y los dispositivos de ultrasonidos podrían interferir con la reproducción de los ratones. También comunican las llamadas de socorro o una alarma ultrasónica. Los ratones sometidos a los dispositivos repelentes de ultrasonidos pueden interpretar el sonido como una llamada de emergencia o de alarma y abandonar la zona.