Cómo cuidar de una planta lazos de amor

Las lazos de amor, si las cuidas correctamente, pueden durar por generaciones.

George Doyle/Stockbyte/Getty Images

Las plantas lazos de amor (Chlorophytum comosum) son una de las plantas del hogar más populares porque son muy fáciles de cuidar. Originaria de Sudáfrica, las lazos de amor (o cinta) se caracterizan por ser plantas tropicales y tener una altura máxima de 24 pulgadas (60,96 cm); además, les va muy bien en interiores con luz solar parcial (indirecta) y aire fresco. Se propagan por sí mismas y, si las cuidas correctamente, pueden durar por generaciones.

Step 1

Mantén tu planta cerca de una ventana para que pueda tomar la luz solar, pero asegúrate de que no le dé directamente. Si notas que las hojas de la planta están quemadas o son frágiles y quebradizas, puede ser simplemente porque está recibiendo demasiada luz del sol y debe trasladarse a otra ventana de tu casa.

Step 2

Riega la planta de lazos de amor por lo menos una vez a la semana. En general, son muy resistentes, pero trata de no regarla demasiado. Si tierra está inundada es porque la regaste demasiado. También, si es posible, utiliza agua destilada.

Step 3

Humedece la tierra a lo largo de la semana, si parece estar seca. Una botella pequeña de riego funciona mejor, ya que mojará y humedecerá el suelo sin añadir demasiada agua. Es importante que la tierra de la planta nunca se seque completamente, ya que puede afectar a las hojas.

Step 4

Si tu planta de lazos de amor parece estar débil o poco saludable, añade fertilizante para casa en la maceta, pero sólo en pequeñas porciones. Recuerda que los lazos de amor deberían verse más vibrantes en el siguiente horario de floración: a finales de invierno/principios de primavera, a mediados de primavera y finales de primavera/principios de verano. Si parece estar enferma o frágil durante estas épocas del año, cambia el agua que estás utilizando o agrega un fertilizante orgánico para el hogar en la tierra de la planta.

Step 5

Periódicamente arranca las hojas marchitas o quebradizas. Para ello, rasga la hoja justo por debajo del punto en el que es de color marrón o frágil (no toda la hoja). Quitarlas a mano permite que la parte sana de la hoja continúe recibiendo aire y luz del sol, algo que a veces se daña por recortarla con tijera de jardinería o alicates de planta.

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