Los 10 peligros que sortean los inmigrantes ilegales en su camino hacia Estados Unidos

Los riesgos de cruzar de forma ilegal a los Estados Unidos son mayores que el hecho de ser deportados.

Alexander Koerner/Getty Images News/Getty Images

Cientos de personas intentan cruzar ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos, buscando nuevas oportunidades y una vida mejor. Al sur de la frontera llegan las historias de éxito y posibilidades, pero rara vez escuchamos acerca del horror y la violencia que signan a los que se arriesgan a traspasar las fronteras de manera ilegal. Existe cantidad de peligros que acechan a los ilegales, y ser deportados constituye el menor de todos.

Estafas

El primer paso que da cualquier latinoamericano al buscar ingresar de forma irregular a los Estados Unidos es contactar a un coyote o pollero, quien servirá de guía y canal para pasarlo al otro lado. Contratar los dudosos servicios cuesta más de US$5.000, y en numerosas ocasiones esa suma debe ser abonada por adelantado. Muchas de las personas que acceden a este trato terminan siendo despojadas de su dinero y abandonadas en el desierto, o vendidas a otros coyotes que, por supuesto, no garantizan el cumplimiento de la promesa de llevarlos a la frontera.

Carteles de la droga

En 2010, setenta y dos inmigrantes ilegales fueron ejecutados en México, a 90 millas de la frontera con Estados Unidos, por Los Zetas, uno de los carteles de drogas que operan en la zona. Este grupo tiene por costumbre robar, secuestrar y asesinar a las personas que desean cruzar de modo ilegal la frontera entre México y el país del norte. A veces les exigen a sus capturados que trabajen para ellos como mulas o guardias durante un tiempo y, más tarde, los liberan; mientras que otros son asesinados brutalmente.

Extorsión

En algunas ocasiones, los funcionarios corruptos –sobre todo en el lado mexicano de la frontera– extorsionan a los inmigrantes ilegales, cobrándoles sobornos elevadísimos para dejarlos pasar. Asimismo, los amenazan con entregarlos a las autoridades, aunque las leyes mexicanas prohíban detener a inmigrantes ilegales, a no ser que estén cometiendo un delito.

Violencia sexual

Las mujeres que deciden arriesgarse a atravesar la frontera suelen ser víctimas de abuso sexual, ya sea a mano de los carteles de la droga, de maleantes, de secuestradores o, incluso, de las mismas personas que se ofrecen a pasarlas al otro lado. De hecho, los coyotes les recomiendan a las mujeres el uso de anticonceptivos inyectables antes de viajar, a fin de evitar embarazos como consecuencia de las violaciones. En muchos casos, el abuso se considera parte del precio que las mujeres tienen que pagar para alcanzar su objetivo.

Tráfico de personas

Muchos hombres y, sobre todo, mujeres caen en las redes del tráfico humano debido a engaños y trampas. En sus países de origen, personas inescrupulosas les ofrecen trabajo, matrimonio y estabilidad al llegar a Estados Unidos. Pero la realidad es que terminan siendo secuestrados bajo amenaza de muerte como esclavos sexuales de traficantes de drogas o pandilleros, mulas o prostitutas.

Condiciones peligrosas

El desierto de Arizona –lugar atravesado a pie por cientos de migrantes ilegales– casi siempre implica una muerte segura. Los coyotes piden el dinero por adelantado y prometen una caminata de un par de horas, pero la verdad es otra: el trayecto suele durar más de 8 horas, y las condiciones climáticas son extremas: temperaturas de más de 40 °C durante el día y frío que congela durante la noche. Mucha gente se pierde en el desierto y sus cadáveres permanecen allí hasta que las patrullas fronterizas los levantan. Aunque hay puntos de rescate desde los cuales se puede llamar a la policía y entregarse, pocos logran alcanzarlos.

Secuestros

Los inmigrantes ilegales sufren emboscadas de bandas o traficantes, quienes los retienen en condiciones infrahumanas en casas seguras a la espera de que sus familiares paguen un rescate. Organizaciones criminales –como la banda Mara Salvatrucha– se declaran “cazadores de inmigrantes” y financian sus operaciones con esta horrenda práctica, como atestiguan las autoridades norteamericanas que han logrado rescatar a varios grupos de secuestrados.

Naufragios

Ahogarse en medio de alta mar parece el trágico destino de aquellos que prefieren hacer la ruta migratoria desde de las islas caribeñas. Normalmente se emplean embarcaciones improvisadas que no soportan el largo trecho que debe recorrerse para llegar a las costas de Florida, y que van sobrecargadas de pasajeros, a quienes se les cobra más de US$7.000. A menudo, los migrantes son dejados a su suerte y perecen por la deshidratación, o se ahogan antes de alcanzar tierra firme; mientras que en otras ocasiones son víctimas de tormentas.

Accidentes graves

Mutilaciones, lesiones y muerte son el resultado de los métodos extremadamente peligrosos que emplean los traficantes de personas para llevarlos al otro lado de la frontera. A menudo, parte del traslado debe hacerse como polizones en trenes de carga y, para evitar ser detectados, deben subirse a los techos o lanzarse del tren en movimiento. Muchos pierden sus extremidades al caer en las vías. Mientras que otros mueren asfixiados o por el calor en los vagones sellados. Igual suerte corren quienes viajan en los maleteros de vehículos o autobuses.

Arresto, deportación y abuso policial

Son frecuentes las denuncias de aquellos que han caído en manos de las autoridades y fueron víctimas de abuso. Fuerza bruta, golpes, extorsión y negación de la atención médica parecen ser, muchas veces, las consecuencias de ser arrestado por la policía en la frontera. Además de todo esto, cuando un migrante ilegal es detenido, es registrado y prohibido de por vida a ingresar al país de forma legal.

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