Materiales

Las máscaras africanas están hechas de una variedad de materiales, como cobre, latón, bronce, madera, cerámica, terracota y distintos textiles. Como las sociedades africanas ven a los árboles como portadores de almas, la mayoría de sus máscaras están hechas de madera. Antes de tallar un árbol, la comunidad debe pedir permiso al espíritu del árbol o realizar un sacrificio por respeto al espíritu. Luego de que la madera haya sido cortada, el escultor dejará la máscara al sol para que se seque. Luego usará una azuela, una herramienta usada en el tallado, para labrar las características de la máscara.

Estilo y forma

El estilo usado para crear las máscaras africanas es intensificado y abstracto. En lugar de lograr un retrato realista, los escultores crean una representación idealizada de ciertas cualidades, como la nobleza, el coraje, la travesura o la gracia. Los artistas destacan, o exageran, las características para llamar la atención a elementos fundamentales de la máscara. Su forma varía de acuerdo a la función en el ritual, yendo desde circulares u ovales a alargadas o con forma de animal.

Colores y diseños

Para dar color a las máscaras africanas se usan pigmentos y tinturas hechas de cortezas, insectos, plantas, semillas, aceites y vegetales. Si bien el carbón ayuda a oscurecer las máscaras y generar sombras, los polvos minerales aclaran la madera. Las cortezas y vegetales molidos proveen colores terrosos. A diferencia de las culturas occidentales que relacionan al color negro con la muerte, las sociedades africanas usan el color blanco para representarla. Los escultores usan diseños audaces y geométricos que suelen reflejar información escrita en código. Las máscaras también pueden mostrar tatuajes o líneas de escarificación, ya sea paralelas, en zigzag o en espiral. Estas marcas suelen revelar estatus o poderes mágicos.

Textura y decoraciones

Los escultores lijan la madera ásperas para conseguir máscaras lustradas que capturen la juventud, la inocencia y la belleza. Las texturas arenosas se usan para las máscaras que representan valores negativos, como la maldad, el temor o la cobardía. Muchas máscaras idealizan la talla humana, presentando una audaz fachada de fuerza o fertilidad. Además al trabajo en madera, los escultores usan pieles y huesos de animales, conchas, cuentas y fibras vegetales para decorar las máscaras.