Pocas cosas en la vida son tan frustrantes y preocupantes como ver a tu hijo escupiendo la medicación que le diste para bajar la fiebre, que cese su espantosa tos y simplemente que se sienta mejor. La mayoría de los padres han estado en la misma situación, y nunca deja de ser preocupante para ninguno. Sabes que con los medicamentos se sentirá mejor, más cómodo y aliviará tus propias preocupaciones, pero él no entiende eso. A pesar del gusto horrible que tenga, lo necesita.

Camufla la medicación de tu hijo, recomienda el sitio web Ask Dr. Sears. Por ejemplo, si tu hijo tiende a escupir los medicamentos porque no le gusta el sabor, ponlo mezclado en un recipiente con puré de manzana o mézclalo con un poco de agua y hazlo pasar por jugo. Lo puedes poner en cualquier cosa, pero asegúrate de no usar demasiada comida o bebida para que tu hijo no se llene antes de haber terminado con toda la medicación.

Usa un gotero para medicamentos y apúntalo a la parte interna de la mejilla de tu hijo. Según el Children’s Medical Group of Wisconsin, al apuntar la medicación hacia la parte interna de la mejilla, lo más cerca posible a la garganta, es menos probable que la pueda escupir. Si te preocupa que aun así la pueda escupir, mantén juntas sus mejillas suavemente cuando la medicación esté en su boca. No tendrá otra opción que tragarla, incluso si le molesta que lo hayas forzado a hacerlo.

Pregúntale al médico de tu hijo si la medicación que le recetó viene en otra variante que no sea jarabe, recomienda el sitio web Ask Dr. Sears. Por ejemplo, si la medicación viene en pastillas masticables, puedes pedirle eso para evitar que tu hijo la escupa. Si no quiere tomar la pastilla masticable, puedes intentar molerla y agregarle un poco de agua para crear una pasta. Pon la pasta en uno de tus dedos y colócalo en la boca de tu hijo. Evita los dientes poniendo el dedo contra la cara interna de la mejilla; esto resultará en que trague la medicación sin hacer pataletas.