Criando a los niños cuando tú eres un fanático del control

Ser un fanático del control es estresante tanto para el niño como para el padre.

BananaStock/BananaStock/Getty Images

Los niños pueden ser salvajes, desordenados e impredecibles: todo lo que puede volver loco a un fanático del control. Si eres una persona que anhela el control, debes tener en cuenta que los padres controladores pueden tener efectos molestos sobre sus hijos, tanto durante los años de crecimiento como hasta bien entrada la edad adulta. Ser un padre controlador puede incluso poner tu propia salud física en riesgo, ya que el inevitable conflicto entre el control y la infancia provoca un estrés constante.

Efectos sobre los niños

Tu comportamiento controlador puede tener un profundo impacto en tus hijos. Los niños con padres controladores están perpetuamente a la defensiva, escribe la consejera de salud mental Debbie Pincus en el sitio web EmpoweringParents.com. Estos niños están tan ensimismados en defenderse contra sus padres que pasan poco o nada de su tiempo pensando si sus decisiones son acertadas o no. Esto puede dar pie a un sinnúmero de luchas por el poder y discusiones mezquinas.

Hijos de padres controladores al llegar a ser adultos

Ser un padre controlador puede dañar a los hijos hasta bien entrada la edad adulta, advierte Dan Neuharth, terapeuta matrimonial y familiar, en su libro "Si tuviste padres controladores". Los hijos adultos de padres controladores presentan dificultades para relajarse y ser espontáneos. Es común que pierdan sus identidades en las relaciones, poniendo constantemente las necesidades de los demás antes que las propias. Pueden sentir que están siendo juzgados o examinados, incluso cuando están solos. Estos adultos a menudo sienten miedo de ser ellos mismos en torno a sus padres controladores, y de alguna manera sienten que están siendo desleales si están en desacuerdo con la mamá o el papá.

Estrés

Ser controlador es agobiante para cualquier persona, especialmente para los padres. Sus hijos amenazan constantemente la sensación de control que tan desesperadamente necesitan para sentirse seguros. Esto se traduce en un estrés severo para los padres controladores, lo que a su vez puede conducir a dolencias físicas, de acuerdo con el Instituto de Desarrollo Infantil. Estas afecciones incluyen trastornos del sueño, dolores de estómago, aumento o disminución del apetito, dolores de cabeza, falta de concentración e irritabilidad.

Qué hacer

Es difícil criar hijos siendo un padre controlador, pero en vez de intentar controlar y manipular a los más pequeños, es necesario aprender a relajarse, dejar ir, y aceptar que el mundo no se acabará si tu hijo toma sus propias decisiones. Dejar hacer puede ser un proceso lento y aterrador para los fanáticos del control. Si eres un padre controlador que está teniendo dificultades para relajarse, piensa en buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. No sólo vas a mejorar tu salud, sino también el bienestar de tus hijos.

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