Conducta impulsiva extraña en niños

Los niños autistas realizan conductas extrañas para aliviar la ansiedad.

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El control de impulsos puede ser difícil para cualquier niño, pero para uno enfrentando un trastorno neurológico como el autismo, aprender a manejar la impulsividad resulta aún más retador. Generalmente, un niño que es hiperactivo a menudo encuentra más difícil desarrollar el autocontrol, lo cual puede producir una mayor conducta impulsiva. La estimulación en exceso también es una causa frecuente de impulsividad para un niño que no es capaz de arreglárselas cuando está sobrecargado con estímulos de su ambiente.

Sobre el autismo

Los síntomas comunes en los trastornos del espectro autista incluyen retrasos en el lenguaje, incapacidad para interaccionar socialmente, y conductas extrañas y repetitivas. Los problemas para la comunicación normalmente incluyen tanto el uso como la comprensión del lenguaje expresivo. Para un niño autista, las dificultades para comunicarse a menudo producen frustración y conductas inapropiadas y extrañas. De acuerdo con la American Academy of Neurology, aunque las conductas obsesivas de un niño autista pueden ser moderadas, pueden ser lo suficientemente severas para ser incapacitantes. Afortunadamente, en muchos casos, estos patrones de conducta repetitiva pueden mejorar con intervención y tratamiento. La intervención temprana funciona mejor. El tratamiento incluye intervenciones conductuales dirigidas a síntomas específicos y generalmente se basan en las necesidades del niño.

Tipos de conductas

Como señala el Kansas State Department of Education, aunque la conducta de los niños con trastornos del espectro autista puede ser tanto pasiva como hiperactiva, los niños autistas tienden a tener mucha dificultad para el control de impulsos, lo cual los lleva a actuar sin pensar. Ellos pueden ser hiperactivos, realizar conductas disfuncionales y repetitivas o carecer de buen juicio porque no comprenden los riesgos asociados con sus conductas. Algunos niños autistas incluso se vuelven agresivos en ocasiones. El doctor Steven Richfield, el "Entrenador de padres", explica que la impulsividad hace difícil que un niño entienda todas las implicaciones de sus actos. Para un niño autista, cuyas conductas extrañas surgen de su incapacidad para expresarse, las consecuencias potenciales de sus acciones se vuelven aún más confusas.

Medicación

Los médicos en ocasiones prescriben medicamentos como parte de un plan de tratamiento para los niños con autismo. Podrían incluir medicamentos estimulantes, antidepresivos y antipsicóticos para tratar otros padecimientos o problemas de conducta que frecuentemente coexisten con el trastorno. En algunos casos, un niño podría necesitar medicamento para reducir los síntomas de ansiedad, depresión, hiperactividad o conductas obsesivo compulsivas. Dependiendo de la severidad de los síntomas de tu hijo, su médico puede prescribir medicamentos para disminuir la impulsividad y la hiperactividad. Los antidepresivos pueden ayudar a reducir los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo, el cual se caracteriza por conductas repetitivas. Aunque los medicamentos tal vez ayuden en algunos casos, los médicos consideran que los efectos secundarios potenciales de las terapias con medicamentos pueden en realidad empeorar en lugar de reducir ciertas conductas.

Terapia conductual

Como con la medicación, lo que funciona exitosamente para un niño autista podría no ayudar a otro niño. Las terapias de conducta están destinadas a ayudar a un niño autista a desarrollar sus habilidades sociales y cognitivas. Las conductas extrañas y agresivas tienden a aumentar cuando un niño autista se siente estresado o frustrado por lo que está sucediendo a su alrededor. La terapia de modificación conductual se concentra en disminuir conductas inapropiadas al enseñar al niño formas aceptables de manejar sus frustraciones.

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