Desarrollo espiritual en los adolescentes

Los hábitos espirituales formados durante la adolescencia, como ser parte de una iglesia, pueden durar toda la vida.

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El desarrollo espiritual de cada adolescente es único, pero existen algunas tendencias generales en lo que ocurre a la mayoría de los jóvenes. El profesor James W. Fowler, un psicólogo del desarrollo en Candler School of Theology (la Escuela de Teología Candler) en Atlanta, identificó siete etapas del desarrollo de la fe que continúan en la edad adulta. El teólogo John Westerhoff resumió aún más este proceso cuando un niño se vuelve progresivamente consciente de la gracia de Dios. Estas conclusiones representan la influencia combinada de la fisiología de una persona joven, su madurez social, la capacidad de procesar su medio ambiente y la exposición a la educación divina o religiosa.

Fe original o indiferenciada

Los niños pueden ser incluidos en las prácticas espirituales que son importantes para sus padres.

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Los dos primeros años de vida de un niño están muy influenciados por el sentido de su entorno y cómo la gente en él se encuentra. Fowler dijo que cree que un estímulo positivo o sensación de seguridad dentro de una práctica religiosa o comunidad eclesial contribuye a un sentimiento inconsciente de confianza en la divinidad. Mientras más experiencias positivas tenga un niño en esta etapa con Dios o la religión, más se fortalecerá su transición a la siguiente etapa.

La fe intuitiva o proyectiva

Los niños se vuelven más conscientes de los valores de la sociedad y la familia entre las edades de 3 y 7. Este es también un momento de aumento del juego y la imaginación cuando pueden explorar de manera creativa el relato de su comunidad de fe a través de lecciones de escuela dominical o mediante la lectura de las escrituras sagradas de la religión con su familia. Es en última instancia responsabilidad de los padres asegurarse de que los niños reciben la oportunidad de desarrollar sus propias raíces espirituales frente a la mera repetición de las tradiciones sin sentido.

Fe mítica o literal

Los adolescentes suelen comenzar a atar los valores espirituales que les han enseñado en su vida durante los años de edad escolar. Preguntar se vuelve un elemento fundamental de la forma en que se apropian de su fe, al igual que las disciplinas regulares o eventos que fomentan su expresión religiosa. Los hogares y los lugares de culto pueden ayudar a fomentar conversaciones espirituales que ayudan a los jóvenes a descubrir quiénes son frente a meramente impartirles el comportamiento que se espera que deben tener.

Fe sintética o convencional

Los adolescentes tienden a tener un viaje espiritual inconsistente, especialmente porque es un momento en que las amistades entre pares pueden parecer más importantes que una relación con Dios. Este obstáculo puede convertirse en una ventaja, sin embargo, si los jóvenes participan en un círculo de compañeros que están en un camino espiritual similar. Un grupo de jóvenes o club religioso puede ser un método seguro para fomentar la influencia positiva de los pares. El reto será asegurar que son capaces de graduarse de la secundaria sin tener que depender de otros por su fe. Esta etapa también tiende a incluir un creciente interés en la justicia social, la sexualidad, la integridad de relaciones, la reconciliación y la búsqueda de un propósito en la tierra. Una comunidad espiritual puede actuar para ayudar a formar grandes maneras de pensar sobre dichos temas.

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