Ejemplos de buen y mal liderazgo

Los empleados respetan a un buen líder que trabaje tan duro como el resto del equipo.

office workers image by Tracy Martinez from Fotolia.com

Se necesita de un buen liderazgo para hacer que un negocio prospere y crezca. La manera más eficiente para administrar a un equipo o personal es desarrollar a cada miembro del equipo a través del coaching y la comunicación abierta, colocando a cada persona en donde se utilicen sus fortalezas y enseñando a todos los miembros a trabajar juntos. El resultado es un trabajo de alta calidad en una cantidad de tiempo pequeña, lo cual es ideal para las ganancias. Es mejor emplear a un equipo pequeño de trabajadores fuertes y eficientes con un sueldo razonable que pagar por emplear a un equipo grande de trabajadores mal pagados y mal desarrollados, pero muchas compañías son forzadas a hacer lo último debido a un mal liderazgo.

Liderazgo a través del ejemplo

Un buen líder demuestra lo que se espera para que no haya dudas sobre si se puede hacer. Por ejemplo, en un trabajo de ventas, un buen líder permite periódicamente que su equipo lo vea vendiendo a un cliente real desde el principio hasta el fin y escucha preguntas una vez que finaliza la venta. En un ambiente de oficina, un buen líder demuestra cómo mantener la organización, equilibrio y una reputación perfecta.

Un mal liderazgo es lo opuesto. Un líder malo dirige al equipo hacia lo que deben hacer sin probar que él es capaz de realizar las mismas tareas. A menudo, el equipo se queda con preguntas y a veces con metas poco realistas. Los trabajadores comienzan a cuestionar con qué contribuye el líder y le tienen resentimiento. A menudo, el equipo reducirá la productividad a propósito en protesta contra el mal líder.

Coaching (entrenamiento)

Un buen líder entiende que el entrenamiento es continuo. La mayoría de las compañías tienen programas de entrenamiento pero para desarrollar al equipo más fuerte, todos deben esforzarse por seguir mejorando, aún después de que se completen los programas. Los líderes fuertes motivan a sus equipos a lograr metas encontrando maneras para lograr que las metas generales sean importantes para todos los que están involucrados.

Un mal liderazgo es evidente cuando un gerente considera que el programa de entrenamiento de la compañía es el final del desarrollo del personal. Los miembros individualistas de los equipos rápidamente pierden enfoque en su motivación personal y la ética de trabajo disminuye lentamente. Un mal líder simplemente presiona a los empelados para que mejoren, sin guiarlos y mostrarles como mejorar.

Comunicación

Los buenos líderes pueden ser contactados por el equipo. Son muy buenos en la comunicación y entregan instrucciones concisas y claras y una retroalimentación consistente y clara a su equipo. Los líderes fuertes están dispuestos a solucionar problemas y responder preguntas hasta que no quede ninguna duda.

El mal liderazgo causa preguntas y no ofrece respuestas. Las direcciones a veces no son claras y un mal líder por lo general no está disponible para resolver dudas. Esto lleva a que el trabajo se realice de manera incorrecta o no se realice, lo cual puede ser más caro. Un mal líder no quiere ver que los miembros de su equipo mejoren por miedo a perder su trabajo a los empleados que entrena.

eHow en espanol
×