Cómo eliminar el óxido del aluminio

El aluminio es un material que se encuentra en la naturaleza y que se utiliza para fabricar todo tipo de cosas, desde las piezas de un coche hasta las latas de refresco. Aunque este material no se oxida como el hierro o el acero, al entrar en contacto con el aire puede oxidarse, decolorándose y perdiendo el acabado pulido. La oxidación se produce cuando las sustancias químicas que componen el material interactúan con las moléculas de oxígeno. Por esta razón, no se puede hacer gran cosa para prevenir la oxidación, pero sí podemos eliminarlo con un poco de esfuerzo, y de esta forma conseguir que el aluminio presente un aspecto brillante y nuevo.

Desmonta el objeto de que se trate. Si estás puliendo un objeto que se puede desmontar, como unas llantas, extrae todas las piezas que puedas antes de comenzar. Esto supone sacar las llantas del coche, los vástagos de las válvulas y cubrir o quitar otras partes similares.

Elimina la capa transparente que recubre el objeto. Los productos de aluminio a menudo están revestidos con una capa transparente que ayuda a prevenir la corrosión. Para eliminar esta capa y pulir la pieza, simplemente empapa un paño limpio en un quitapintura y pásalo por el objeto, asegurándote de que limpias todos los recovecos.

Lija el objeto para eliminar el óxido. Hazlo primero con un papel de lija húmedo de grano 400, después repite la operación con uno de grano 800 y termina con uno de grano 1.200. En la última etapa del proceso, lija en una sola dirección.

Coloca una punta de pulir en una herramienta Dremel y utilízala para pulir la pieza. Aplica una pequeña cantidad de pasta para pulir metales en el objeto a medida que vas puliendo.

Haz una limpieza final del objeto para terminar de eliminar cualquier resto de producto o suciedad. Esta última limpieza debe hacerse utilizando agua y detergente de vajilla, o un producto de limpieza similar.

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