Step 1

Encuentra una pieza central que te guste para tu sala de estar y que sirva como base para el resto de tus elecciones de colores y opciones de diseño. Esta pieza puede ser un sofá, un cuadro o incluso algo pequeño, como un almohadón colorido o una mesa.

Step 2

Ve a una ferretería o pinturería y busca cuatro o cinco muestras de color que tengan tonos similares a los de tu pieza central. Estas muestras te ayudarán a futuro cuando compres otras piezas para la sala.

Step 3

Coloca las muestras de color al lado de la pieza central y contra las paredes para decidir cuál te gusta más. En general, tu opción favorita tendrá al menos un color en la muestra que sea igual al color de tu pieza central.

Step 4

Considera uno de los tonos más claros de tu muestra para las paredes. A menos que tengas una sala de estar muy grande, querrás mantener tonos claros en las paredes, ya que estos harán que la sala se vea más espaciosa. Si tienes una gran sala de estar, sobretodo con muchas ventanas y luz, puedes elegir un tono oscuro.

Step 5

Controla los colores contrastantes de tu muestra. Para una sala grande puedes optar por pintar dos paredes opuestas con colores que contrasten; para una sala pequeña, acentuar una pared con un color contrastante puede agregar un efecto atrevido sin hacer que la habitación se vea encerrada.