Step 1

Conoce al enemigo. Los grillos son nocturnos. Se sienten atraídos por la luz y la humedad. Por lo general, verás muchos de ellos después de la lluvia. Si están al aire libre, encontrarán buen suelo cálido y húmedo. En interiores también buscan algo húmedo y caliente.

Step 2

Busca al enemigo. En lugar de quedarte en la cama, gritando cada término improperio conocido por la humanidad a través de tu cabeza acerca de la molestia del grillo, levántate. Muévete hacia el chirrido hasta que hayas al menos identificado con exactitud la habitación en donde está la bestia que se esconde antes de que llegues y lo calles.

Step 3

Atrae al enemigo. Coloca una toalla mojada en el fregadero, la cocina o cuarto de baño, que esté cercana a la ubicación del grillo.

Step 4

Espera al enemigo. Vuelve a la cama. Utiliza tapones para los oídos o auriculares o disfruta de la canción del grillo, a sabiendas de que será la última.

Step 5

La trampa. Los grillos no pueden moverse bien en superficies lisas, por lo que los sumideros son grandes lugares para arrinconarlos. Pero ten cuidado, porque todavía pueden saltar. Debes encontrarlo por la mañana, escondido debajo de la toalla. Ten un recipiente listo para tomar el enemigo como prisionero. Asegúrate de llegar primero al fregadero que tu cónyuge antes de que se lleve una sorpresa de adrenalina.