Cómo extraer aceite de las plantas
Extraer aceite de las plantas es una práctica tradicional que se remonta a los principios de la historia. Tiene muchas aplicaciones culinarias (aceites de cocina, saborizantes), medicinales (aceites esenciales, aromaterapia) y cosméticas (perfumes, productos de baño) entre otras. Existen diversos métodos para extraer aceite de las plantas: destilación, extracción (presión en frío), maceración y extracción de disolvente. Este artículo se centrará en los tres primeros, que resultan más sencillos y no requieren un equipo científico complejo.
Utiliza la maceración para extraer aceite de las plantas. Es el método más sencillo y se emplea casi exclusivamente en la aromaterapia. Sumerje la materia vegetal en aceite vegetal y calienta el aceite unos minutos (no tiene que hervir, simplemente alcanzar una temperatura media-alta).
Deja que el aceite se enfríe un poco (no dejes que se enfríe del todo) y presiona la mezcla para separar la materia vegetal del aceite. Habrás elaborado un aceite vegetal perfecto para masajes.
La extracción también se conoce como presión en frío. Es un proceso muy útil para obtener aceites cítricos, por ejemplo.
Quítale la cáscara al cítrico que quieras exprimir (como por ejemplo la naranja, el limón o el pomelo).
Corta o pela la cáscara del cítrico.
Presiona la mezcla de cáscaras a través de un colador o estopilla y recoge el zumo en un cuenco. El producto obtenido será una mezcla acuosa de líquido y aceite esencial que tenderá a separarse con el tiempo. Este producto tiene una corta caducidad (seis meses), así que procura elaborar solamente la cantidad que consumirás en ese periodo de tiempo.
La destilación por vapor es otro método relativamente sencillo para extraer aceite de las plantas. Para ello necesitarás un alambique (similar a una olla a presión). Puedes comprar o construir tu propio alambique, pero estos pasos tienen en cuenta que ya tienes uno disponible.
Coloca la materia vegetal en el alambique. Añade agua al alambique. Calienta lentamente el agua.
El calor generará vapor presurizado en el alambique. Conforme el vapor presurizado pasa a través de la materia vegetal, el aceite de la planta se vaporizará. El vapor de aceite pasa por la parte superior del alambique a través de una espiral en la que los vapores de aceite se condensan y pasan a estado líquido en una cámara de recolección. El aceite se separa del agua y flota hasta la parte superior de la mezcla.
Separa el aceite del agua y obtendrás aceite extraído de una planta que podrás utilizar para lo que quieras.
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