Step 1

Grábate en una conversación simulada con otra persona. Escucha de nuevo e identifica las áreas problemáticas. Si el discurso es duro, fuerte o lleno de jerga y palabrotas, no puede sonar con gracia.

Step 2

Suaviza el tono de tu voz. Trata de proyectar una actitud de calma, fría y serena cuando hables. No hables más fuerte de lo necesario.

Step 3

Corta el argot. Hablar con jerga puede dar la impresión de parecer ignorante o sin refinar. En su lugar, usa palabras eternas y adjetivos específicos para describir las cosas. Describir la ropa de alguien como "matadora" no suena tan elegante como decir, "Tu falda es preciosa". Evita intercalar la palabra "como" varias veces en tu discurso durante la pausa.

Step 4

Enuncia cada una de tus palabras, asegurándote de no borrar los límites entre ellas y dejar tu frase en un lío confuso, lo cual puede suceder si hablas demasiado rápido. Siente la forma en que tus labios y cara se mueven cuando conscientemente pronuncies cada palabra. Concéntrate en la forma cómo tus labios cambian con cada palabra individual.

Step 5

Baja la velocidad. La gracia no es apresurada o con prisa. No tienes que hablar cinco oraciones en cinco segundos.

Step 6

Piensa en lo que vas a decir antes de decirlo. Una vez que las palabras salgan de tu boca, no se pueden recuperar. La gracia no es tanto sobre el sonido de tu voz o incluso tu elección de palabras, es sobre el contenido de tus ideas. Asegúrate de que estás siendo amable y cortés cuando hables.