Cómo hablar con la persona que te gusta sin parecer raro

Acércate a ella con confianza.

Toby Burrows/Photodisc/Getty Images

Para muchos, apenas ver a la persona que les gusta les produce sudoración en las manos y la pérdida temporaria de sentido y razón. Si su presencia te deja sin palabras, acercarte a ella puede ser difícil. En vez de aproximarte a ella por primera vez y espantarla con una comentario inadecuado, piensa en lo que le vas a decir, aumentando así las probabilidades de generar una impresión positiva y probándole que vale la pena pasar tiempo contigo, y hasta quizás mereces su afecto.

Step 1

Acércate en el momento adecuado. No dejes que tu entusiasmo haga que te acerques a esa persona en un momento inoportuno. Si intentas acercarte a un chico cuando está rodeado por sus amigos o cuando está teniendo una conversación seria con su hermana, corres el riesgo de parecer un inadaptado social.

Step 2

Ten algo para decir. Antes de acercarte a la chica que te gusta y empezar una conversación, asegúrate de saber qué vas a decir. Si no tienes en cuenta este importante detalle, seguramente terminarás balbuceando mientras piensas en qué decir. Si tienes problemas para conversar, terminarás hablando de temas poco interesantes como el clima o de aquella vez en que se burlaron de ti en la clase de gimnasia.

Step 3

Comienza de a poco. La primera vez que te acercas a esa persona no es el momento de contarle cuáles son tus sueños y esperanzas más profundos. Si tratas de tener una conversación muy personal en el primer o segundo encuentro, quedarás como alguien raro que comparte demasiada información. Comienza hablando de cosas que tienen en común, como un partido de fútbol al que sabes ella ha asistido o el proyecto de historia que ambos tienen que entregar antes del fin de semana.

Step 4

Ten toda la confianza que puedas. Sentirte confiado al acercarte a la belleza de la cual te has enamorado puede ser un desafío, pero cuanto más seguro te sientas, menos raro parecerás. En vez de dejar caer los hombros y mirar el piso mientras hablas, temiendo quedar cegado por el brillo de su belleza, mantén tu cabeza erguida, dando la impresión, aunque sea falsa, de que no estás para nada nervioso.

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