Cómo limpiar puertas de acero

Fácil limpieza y fantásticos resultados.

Jupiterimages/Polka Dot/Getty Images

El acero es el material elegido para fabricar las puertas de seguridad. Aunque muchas se modelan para que parezcan de madera, a diferencia de lo que ocurre con éstas, los intrusos potenciales no podrán abrirse camino a través de ellas a patadas. Además, tampoco tendrás que preocuparte por las termitas o la podredumbre, como ocurre con las de madera. Las puertas de acero suelen estar pintadas y hay una diversidad de colores entre los que puedes elegir, siendo el blanco probablemente uno de los más comunes. Sea cual sea su color, limpiar una puerta de acero es muy fácil y te sorprenderá lo mucho que mejorará su aspecto una vez que lo hayas hecho.

Step 1

Abre la puerta de acero para poder acceder a la parte superior y a ambos lados para limpiarlos. Coloca topes de puerta a uno y otro lado para que no se mueva ni se cierre mientras la limpias.

Step 2

Reúne todo lo que necesites para la limpieza.

Step 3

Sitúa una escalera de mano en el suelo para poder llegar a la parte superior de la puerta. Ponte un par de guantes de vinilo o de goma y sube la escalera llevando contigo un paño para eliminar el polvo.

Step 4

Limpia la parte superior del umbral de la puerta con el paño, tal y como se sugiere en mrscleanusa.com. Es importante que hagas esto, porque el polvo que se deje ahí, con el tiempo acabará sobre la puerta. Si lo deseas o si esa parte está muy sucia, puedes utilizar a continuación un limpiador en aerosol y un paño humedecido para conseguir una limpieza más profunda. Sigue pasando el trapo hacia abajo, a ambos lados de la puerta.

Step 5

Toma una esponja limpia y suave. Sumérgela en el cubo de agua, escúrrela y luego rocíala con el limpiador multiusos. Frota con ella la puerta, comenzando por la parte de arriba y continuando hacia abajo. Es posible que tengas que parar para enjuagar la esponja unas cuantas veces (o utilizar otra que esté limpia) y para añadirle más limpiador.

Step 6

Limpia el otro lado de la puerta de la misma manera. Cuando hayas terminado, pasa una esponja limpia humedecida con agua por ambos lados. Si tu puerta tiene ventana, límpiala en ese momento. Rocíala con limpiacristales y pásale un paño suave. Cuando hayas terminado de limpiar toda la puerta, sécala con un paño limpio.

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