Desenchufa el vaporizador y deja que se enfríe. Levanta la unidad de vapor superior hacia arriba y antes de sacar el depósito, deja que gotee toda la cantidad de agua posible.

Vacía todo el agua del envase. Tendrás que agitarlo boca abajo de lado a lado para sacar hasta la última gota de agua. Limpia cualquier resto de líquido y partículas negras con un paño suave y seco.

Remoja la unidad superior en cuatro pulgadas de vinagre blanco durante 10 minutos. Puedes usar un contenedor de café vacío o un plato lo suficientemente grande para que entre el depósito. Si no tienes suficiente vinagre, puedes diluir una parte en otra parte de agua.

Saca la unidad de vapor del vinagre después de los 10 minutos y deja que se escurra. Pon tu dedo sobre el agujero de drenaje inferior y vierte agua a través de la parte superior por donde sale el vapor. Agita con energía durante varios segundos y deja que el agua drene hacia afuera por el orificio inferior. Haz esto hasta que no salgan más partículas negras por el orificio. Usa algodón para limpiar los residuos negros del orificio del drenaje.

Limpia el envase del vaporizador llenándolo con agua y una cucharadita de cloro por cada galón de agua. Deje que esta solución lo remoje durante 20 minutos. Pasado ese tiempo, vuelca el agua y enjuaga varias veces con agua del grifo hasta que se vaya el olor a cloro del recipiente.